miércoles, 18 de agosto de 2021

Crisis de los Cuarenta en Ficciones Infinitas

Encuentros en la Tercera Fase - Roy

Vivimos unos tiempos en los que se siguen ciertas pautas en pos de la inclusividad que están trastocándolo todo, con la idea de hacer un mundo mejor en el que nadie se sienta excluido, discriminado, por causa de su raza, sexo, orientación sexual, etc. Se está luchando contra eso, contra que alguien diga cosas como “no puedes ser eso porque eres mujer” o “porque no eres blanco”. Y, sin embargo, por alguna razón, no parece haber el mismo empeño en corregir la discriminación cuando esta se da en función de la edad. Pero está ahí.

Supongo que quienes mejor se dan cuenta de ello son las mujeres ya que cuando se acercan a los cuarenta se les apremia a que cumplan con “lo que se espera de ellas”, que sean madres. Aunque los hombres en general no sufrimos ese acoso activo por razones obvias, la sociedad de consumo, que no está preparada para hacer cambios en sus esquemas, sigue esperando que tanto hombres como mujeres al acercarnos a los cuarenta años seamos el padre o la madre de alguien. Pero ¿Y si no lo eres? ¿Y si no puedes o simplemente no quieres serlo? No te preocupes, para ellos siempre puedes ser el tío o tía de alguien. ¿Sabes qué es lo que al parecer ya no eres? Alguien tú mismo.

¿A cuento de qué viene todo esto en un blog cómo este? A cómo afecta a nuestras aficiones y a particularmente a la ficción que consumimos. Lo empezamos a percibir cuando entramos en la treintena y para cuando llegamos a los cuarenta ya estamos hartos de escuchar que esos productos, esas películas, esas series que nos gustan, ya no se hacen para nosotros. Incluso cuando paradójicamente lo que intentan explotar son aquellas marcas de nuestra infancia que funcionaron precisamente porque estábamos ahí y siguen formando parte de la cultura pop gracias a nosotros. Nos dicen que ahora son para un público más joven, para los hijos que quizás no tenemos, para nuestros sobrinos, para los hijos de nuestros amigos. Que ahora tenemos que dejar que sean ellos quienes disfruten de esas cosas y no ser crítico con esos nuevos productos con nuestra perspectiva de señores mayores nostálgicos.

Ethienne Navarre - Lady Halcón
Lady Halcón, una película sin niños que los niños pudimos disfrutar.

En general, aquellos que son padres aceptan con gusto encajar en esa cuadrícula de target comercial porque efectivamente se ajustan a ella. A lo que la sociedad espera que sean, los padres de alguien. Sus hijos se han convertido en el centro de su universo, como es natural, y aceptan legar todo aquello que han disfrutado a sus hijos. ¿Pero qué ocurre cuando no somos padres/madres o quizás eso ni siquiera entra en nuestros planes? Como digo arriba, y a pesar de cómo ha ido evolucionando, la sociedad de consumo aún no nos contempla como una opción, como algo que ocurre. Aunque continuamente tenga señales de ello.

Lo he visto últimamente en las redes con motivo de la nueva serie de Masters of the Universe Revelation, comentarios jocosos del tipo “señores de cuarenta años discutiendo sobre una serie de dibujos animados”. Este tipo de comentarios son interesantes, especialmente porque también lo dice gente de la misma edad, que parece que jamás hubieran tenido que superar el estigma de “los dibujos animados son para niños”. Nadie haría mofa sobre “señores de cuarenta años discutiendo sobre arte del renacimiento” o “señores de cuarenta discutiendo sobre cine italiano del neorrealismo “. Y esto evidencia que, a pesar de todo, en el fondo, se sigue considerando que los dibujos animados son para niños. No sé, se me antoja como un paso para atrás. ¿De qué se supone que debemos discutir las personas adultas? ¿De política? ¿De futbol? Y en vez de coleccionar figuras o leer comics quizás deberíamos aficionarnos a la filatelia o a la numismática. Cosas de señores mayores. Ya saben. Y de repente hemos vuelto a los años 70s. O a los 50s.

¿Por qué no podemos seguir sintiendo pasión por la ficción que hemos amado desde pequeños? No hay ningún problema con que las generaciones más jóvenes disfruten de esas mismas cosas, pero ¿por qué vamos a perder el derecho a ser críticos con ellas si fueron hechas para nosotros? Marcas como Star Wars, Cazafantasmas, Robocop, etc. solo son algo hoy día porque estuvimos ahí manteniéndolas vivas a pesar del paso del tiempo y, con ello, compartiéndolas.

Luke, Leia y Han de La Guerra de las Galaxias
La Guerra de las Galaxias

Compartiéndolas. No legándolas. No entra en nuestros planes morirnos aún. No sé, a mi todo esto me recuerda cuando entrando en la adolescencia se nos decía que éramos mayores para jugar con juguetes y se nos instaba a tirarlos o dárselos a algún primo o sobrino más pequeño. Luego nos arrepentimos y, con treinta o cuarenta, nos gastamos una pasta en recuperar aquellas cosas de las que siempre hemos lamentado habernos deshecho. Lo que empecé diciendo, discriminación por edad, decirle a la gente lo que tiene que ser según su edad. ¿Por qué?

Y volviendo a lo que hablábamos, en el caso de las películas, las series y demás, es un error. Que algo funcionara estupendamente en los años 80s no significa que vaya a funcionar con otro público. Aquellos productos funcionaron en sus propias circunstancias, en su contexto, con los niños y adolescentes de aquella generación. La única garantía cierta de que algo que se llama Star Wars, Cazafantasmas o Robocop va a funcionar está en el público para quien ya lo hizo. Esa es la apuesta segura con esas marcas. Si se hace bien. Sin duda otro público es susceptible de sumarse, o no, pero se debería pasar por el respeto al público original. Porque si no, ¿para qué hacer uso de una de estas marcas?

El poder de estas marcas reside en su capacidad de convocatoria. Si no sabes qué es Robocop, su capacidad de convocatoria es cero. De hecho, en su día, el título sonaba ridículo. En español quizás no tanto porque, por esnobismo, cualquier cosa en inglés nos suena mejor, pero para el público estadounidense aquello sonaba como a nosotros si se hubiera llamado Robopolicía. El título hace pensar en un telefilme infantil o una película muy de serie B cuando menos. Que fue lo que debió creer Paul Verhoeven cuando le enviaron el guion y lo tiró a la basura. Hasta que su mujer le insistió en que lo leyera.

Robocop
Vale, Robocop no era una película para niños... pero nos encantó.

Hace ya muchos años que las nuevas generaciones tienen canales de televisión con programación específica para ellas durante todo el día. Se hace una cantidad ingente de programación infantil y juvenil. Tienen sus propios personajes y héroes con los que muchos de nosotros, los más mayores, ni siquiera estamos familiarizados. Una nueva película de un personaje llamado Robocop como la que se proponía en 2014 no tenía, por si sola, absolutamente nada que la hiciera especial entre todo lo demás que se hace para ellos. Nada. Su poder de convocatoria era el que los fans de la obra original de Verhoeven le damos al título. Pero no era nuestro Robocop. Y si nosotros no lo apoyamos… es muy difícil que cumpla con las expectativas de aquellos a los que se les ha ocurrido que podía ser una buena idea. Lo peor de ello es que agota la marca. En un principio tras el fracaso de este nuevo Robocop se pensó en hacer una nueva continuación directa de la película original de Verhoeven obviando las dos secuelas (otra mala idea) pero tras el fracaso de esta nueva película a los productores les queda la sensación de que la marca ya no vende. Cuando el problema no ha sido ese. No aprenden. Así que es posible que tardemos en ver otro Robocop.

Ligeramente mejor suerte ha tenido Cazafantasmas (2016) al ser desaprobada por un público en general encabezado por los fans de las películas originales y también gracias a que fue objeto de una mala praxis a la hora de ser inclusiva. No era la mejor forma de hacerlo y ni siquiera la película original pecaba precisamente de sexista a pesar de que haya quien pudiera pensar lo contrario (de eso hablaremos en un próximo artículo). La cosa es que, tras el fracaso de Cazafantasmas, pero supongo que gracias al fervor mostrado por los fans a la hora de rechazar la película, en poco tiempo vamos a tener una nueva entrega que, esta vez sí, va a ser una tercera parte. Y no un reboot. Aunque parece que lo vuelven a hacer mal. A pesar de lo cual quizás funcione.


Los Cazafantasmas
Protagonistas de Los Cazafantasmas. Una película para niños sin niños.

Empecemos por lo bueno: es una continuación canónica y, según hemos visto en los trailers, va a tirar mucho de fan service. Volvemos a encontrarnos con personajes de la primera película, como los perros infernales, Slimer, el muñequito de los Mars Mallows, y parece que todo gira en torno a un nuevo advenimiento de Gozer. En principio todo esto es bueno, a pesar de que denota falta de imaginación y habilidad para crear una nueva historia de Cazafantasmas sin volver a lo de la primera. Cosa que sí hizo Cazafantasmas II, a pesar de no ser tan buena. Pero está bien, tiran por lo que podría ser una apuesta segura.

Pero ¿por qué lo vuelven a enfocar mal? Precisamente por el tema del que hablamos en este artículo: es una película dirigida a los niños. Siempre hablando según lo que hemos visto en los trailers, aquellos personajes con quienes la película dispone que los adultos debemos sentirnos identificados son los de Carrie Coon, la madre, y el vecino del pueblo siempre dispuesto a ayudar y posible interés romántico del perspnaje de Coon, interpretado por Paul Rudd. Es decir, los adultos accesorios en toda película protagonizada por niños y destinada a ellos. Si quieres sentirte identificado con un protagonista… buscate una de Jason Statham que esas son muy adultas...

Quizás la clave de que la película esté protagonizada por niños reside en el éxito de Stranger Things, serie igualmente protagonizada por niños, que ha funcionado muy bien entre los adultos que fuimos niños en los 80s, y de la cual trae a uno de sus actores protagonistas, Finn Wolfhard. Eso ha debido hacerles pensar que no sería mala idea que esta Cazafantasmas: Más Allá estuviera protagonizada con niños, relegándonos una vez más a “eres el papá o el tito del niño al que vas a traer a ver la peli”. Sin embargo, hay un detalle de Stranger Things que no han tenido cuenta y es que, en ella, si bien los adultos somos capaces de entender y empatizar con los personajes adultos, con quienes nos sentimos identificados son los niños. Porque son niños de los 80s. Son los niños que fuimos. Y eso es algo que no podemos decir de los niños protagonistas de una película que transcurre en la actualidad. Así, que lo dicho, volvemos a estar relegados a ser el padre/madre/tío/tía de alguien.

Tres ancianos y un alien Cocoon
Los señores mayores protagonistas de Cocoon, un éxito para todos los públicos.

Y la cosa es que volviendo atrás la mirada al Cazafantasmas original resulta que fue una película que disfrutamos niños y adoescentes pero cuyos protagonistas no eran ni una cosa ni la otra. Eran adultos. Y disfrutabamos las películas de corte fantástico, comedia, ciencia ficción, etc. sin que tuvieramos la necesidad de que los personajes tuvieran nuestra edad: La Guerra de las Galaxias (1977), Cortocircuito (1986), Lady Halcón (1985), Enemigo Mio (1985), Encuentros en la Tercera Fase (1977)... Pero hoy día todo está demasiado encorsetado. ¿Podemos imaginar que hoy día se hiciera una película como Cocoon (1985) en la que hay un protagonista infantil pero el protagonismo es mayormente compartido por veinteañeros y, sobre todo, septuagenarios y que sin embargo funcione con un público infantil y adolescente?

Lamentablemente el que escribe estas líneas lo hace intentando ver la cosa desde un punto de vista objetivo ante las polémicas que se desatan en las redes sociales, pero no tanto por la pasión que debería seguir sintiendo por estas cosas. Y es que, aunque viene de antes, puedo recordar en el cine el día que fui a ver Star Wars: El Despertar de la Fuerza (2015), justo cuando empieza la película y vemos las letras yendose hacia el fondo en el espacio con la música de John Williams. Y yo me preguntaba ¿por qué no estoy entusiasmado? John Williams siempre será John Williams. Pero incluso antes de que estas nuevas películas se revelaran como el desastre de trilogía y final para la saga que ha sido, yo ya me habia hecho a la idea de que todo esto ya no se hace para mí. Y es terriblemente injusto porque empecé a esperar estas películas en el año 83, cuando El Retorno del Jedi. A decir verdad, ya todo me da un poco igual. En otra época habría escrito sendos artículos sobre cada una de aquellas  tres nuevas películas. Algo tengo preparado de cara al futuro, pero ya desde un punto de vista más global sobre la saga, no aquellos artículos que pudieron ser. Podría haber dicho tanto... pero... ¿para qué? Y desde luego ya no me apetece.

Enemigo Mio
Protagonistas de Enemigo Mio


Muchas veces es la disyuntiva en la que me encuentro a la hora de escribir un nuevo artículo. Si realmente vale la pena expresar mi opinión o si "solo es una serie", "solo es una película". Tengo muchos artículos empezados que se quedaron en eso y ya no verán la luz, otros que esperan por si alguna vez me da por continuarlos. Y en general me cuesta mucho escribir. Me empieza a faltar pasión para hablar de cosas como por qué Superman es así o asá. Por ello mis dos artículos recientes sobre Masters of the Universe Revelation se han centrado en la polémica, algo sobre lo que podía pretender ser objetivo, y en cambio he obviado hacer crítica sobre la calidad de la serie en sí: me da igual, no me ha entusiasmado, no me ha sorprendido, ni esperaba que lo hiciera, ni tan siquiera tengo nada en contra.

Debo reconocer que siento algo de envidía por cierta gente que veo en internet, en redes sociales, en youtube. Gente de mi edad que, a pesar de lo cual, manifiesta un entusiasmo, eso que llaman "hype", que yo no consigo tener, hacia nuevos estrenos de películas de ci-fi, o de DC como Black Adam, The Batman o esa nueva de The Flash, o de Marvel como las próximas  Dr. Strange o Spider-Man. Pero me dan igual, la verdad. Creo que me han ido acostumbrando a entender que no hacen esas películas para mí. No espero gran cosa de ellas y efectivamente luego tampoco son capaces de dármelo. Echo de menos cuando no era así.

Hoy he cumplido años y qué quereis que os diga, molaría ser "un tio de cuarenta y tantos años discutiendo sobre una serie de dibujos animados" pero cada vez nos lo ponen más dificil, no nos permiten apasionarnos con estas cosas. Nos censuran al hacerlo. En cualquier momento abro un nuevo blog sobre política o algo así de señores mayores.



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