viernes, 17 de noviembre de 2023

El arte, los artistas y las IAs

 

Ilustración IA Robot Pintor

Hace unas semanas en twiter/X se pusieron de moda imágenes generadas por Inteligencia Artificial simulando carteles de películas de Disney/Pixar sobre los más dispares temas de la actualidad pública (incluyendo algunos un tanto escabrosos). Y, por supuesto, hemos tenido la correspondiente reacción de rechazo por parte de los dibujantes, ilustradores, etc.

Como habré comentado muchas veces, mi postura sobre gran cantidad de temas es neutral. Me parece absurdo e inabarcable que uno pueda o deba tener una opinión firme sobre todo. Porque generalmente las cosas no son o blancas o negras, sino que hay una infinita gama de grises de por medio y porque hay cosas que simplemente no te planteas hasta que alguien las pone sobre la mesa. Bueno, hay opiniones que siempre están sobre la mesa, e incluso en las que no soy neutral intento ser crítico con las posturas extremistas que más se acercan a mi parecer y sopesar igualmente, incluso de forma reiterada, las que más se alejan. Y es una situación incómoda y solitaria porque generalmente las posturas extremistas suelen exigir el “estás conmigo o contra mí”, “blanco o negro”. Pero debo confesar que hay algo que me puede y me incita a participar en un debate, y que a veces puede hacer parecer que me posiciono de un lado y no del otro, aunque no necesariamente sea así. Y ese algo es cuando estimo que hay falta de coherencia o razonamiento lógico en los argumentos que se da. Porque creo que independientemente de nuestra postura respecto algo, desde el punto de vista ético o moral, o desde un punto de vista subjetivo como pueden ser nuestras preferencias personales, la discusión debe asentarse sobre unas bases basadas en hechos objetivos y razonamientos lógicos.

Lo malo es que incluso esto de los “hechos objetivos y razonamientos lógicos” son discutibles. Porque a veces tomamos como tales cosas que no lo son y otras no los vemos, aunque los tengamos delante. Es algo que pasa continuamente.

BossLogic dibuja al nuevo Capitán América de Falcon y el Soldado de  Invierno con el "mazado" estilo de Liefeld | Hobby Consolas
El inefable Capitán América de Rob Liefeld.


Pues bien, a lo que iba, sobre el tema de las IAs en el campo de la ilustración, los dibujantes, ilustradores, etc. vuelven a mostrar su descontento, indignación, incluso enfado, por el uso de las mismas. Lo cual es lógico teniendo en cuenta que estas podrían, en un futuro muy cercano, quitarles el trabajo. De hecho, se está dando incluso actualmente, cierto que con resultados que dejan que desear, pero ahí van.

Los argumentos que manifiestan los artistas son, principalmente, dos. Argumentan la falta de calidad de dichas ilustraciones, de coherencia visual, de unas mínimas nociones en cuanto al uso del color y la luz, de la composición, y de la narrativa y coherencia en el caso del arte secuencial que son los comics. Y, por otro lado, que esto se está haciendo robando a los a artistas en referencia a que estas IAs son entrenadas previamente con bancos de imágenes de las cuales no tienen los derechos y ellos, los autores, no han dado su consentimiento para que sus imágenes sean usadas de esta forma. Y estos dos argumentos son los que voy a cuestionar.

Es cierto lo de la falta de calidad. Algo que resulta especialmente claro cuando observamos los detalles pequeños en una de estas ilustraciones generadas por IA. Me refiero a cosas que a priori parecen ser vasos, libros, jarrones, etc. pero cuando los miras te das cuenta de que ahí realmente no hay una imagen coherente. Y rostros deformes, ojos dispares y, sobre todo, manos raras, en posturas extrañas y con más o menos dedos de los que deberían. Y con esto hay que tener en cuenta lo que se ha conseguido en el último par de años. ¿Qué duda cabe de que van a mejorar? ¿De que lo están haciendo a pasos agigantados? Y eso es aún más incuestionable en el uso de la composición que a fin de cuentas es hablar de geometría, de matemáticas, y campos en los que los ordenadores son muy precisos. Hoy quizás esas ilustraciones disten mucho de ser perfectas, pero eso va a cambiar y no va a hacer falta mucho tiempo a no ser que se frene el desarrollo de estas tecnologías. Pero el principal error en la crítica a estas ilustraciones por todos esos defectos es que se hace en base a una calidad de las que los propios artistas no hacen gala a veces. Cuando tenemos al inefable Capitán América de Rob Liefeld, una portada con un Spider-Man de Todd Macfarlane con dos manos izquierdas o al Superman mafioso de John Romita Jr. por poner algunos ejemplos, entonces esas críticas pierden fuerza.

Spider-Man con dos manos izquierdas. Todd Mcfarlane.
Spider-Man por Todd Mcfarlane con dos manos izquierdas.

Y otro aspecto importante que se obvia es la capacidad del público general para reparar en ciertos detalles en los que la mirada analítica del artista se fija. A menudo la gente no se fija en un detalle a no ser que le señales que está ahí. Y por mucho que una composición de página, o de toda la obra, pueda marcar una diferencia enorme según se resienta de estos defectos o no, que haga el disfrute de la obra más o menos eficaz, al final lo que queda es que al público le guste o no, le entre por los ojos o no. Y a veces una ilustración solo es para el cartel de un evento, o para el fondo de la portada de un libro, en los que el público probablemente no mantenga su mirada mucho tiempo.

Me encantan las películas de viajes en el tiempo y con frecuencia oigo a la gente decir que Regreso al Futuro (1985) es la mejor película de viajes en el tiempo, que es perfecta, que funciona como un reloj, etc. pero la realidad es que a pesar de los valores que efectivamente tiene, de lo icónica que es, del carisma de sus personajes, etc. la realidad es que tiene serios problemas de coherencia muy obvios que la gente no ve (como en muchas otras muchas películas de viajes en el tiempo). Pero les encanta. Y no hay discusión posible respecto a eso. Pues lo mismo. Como artista puedes ver mil defectos en una ilustración generada por IA, que efectivamente estarán ahí, pero la cuestión es cómo va a reaccionar el público. Y ahí tenemos a toda esa gente haciendo en twitter carteles de Disney Pixar y a todos esos artistas indignados.

Aprovecharé para decir que nunca he sido fan del arte abstracto o según qué arte moderno. Para mí hay algo clave para identificar el arte, y quizás a alguien le parecerá una herejía lo que voy a decir, y es esta: si nos encontramos esa obra de arte en un vertedero ¿podríamos identificarlo como arte? Y esto va tanto si ese arte consiste en un váter, una composición con maniquíes o un lienzo con cuatro manchas de pintura. Hay una anécdota según la cual una limpiadora de un museo preguntó “¿esto lo puedo limpiar o es arte?” y otra sobre una limpiadora que, en una situación similar, directamente lo tiró.

"Arte moderno" que parece basura.
¿Arte moderno o basura?

Y luego tenemos estilos como el cubista que evidentemente podemos identificar como expresión artística, que hay el deseo de expresar algo, y un cierto talento invertido en ello. Pero le vas a decir a la IA que te haga una composición estilo cubista con ciertos elementos y te va a hacer algo sobre lo cual… ¿puedes argumentar que unas manos están mal dibujadas o que no entiendes bien que es tal o cual detalle?

Como lector de comics siempre he seguido personajes, géneros, temas, no artistas, pero cuando te familiarizas con el trabajo de uno, y te satisface, obviamente quieres más de ese artista, te pica la curiosidad, quieres saber qué más te aporta ese artista, ese ser humano con su experiencia de vida, y ahí una IA no tiene nada que hacer. Pero la realidad es que a menudo solo buscamos entretenernos. Es decir, cuando vi El Ladrón de Orquídeas (2002), me fui corriendo a IMDB a ver quién era el tal Charlie Kauffman, el auténtico, el cual también había escrito el guion de Como ser John Makovich (1999). Quería saber quién era ese tío y qué más podía ofrecerme. Esto no pasó cuando vi Avatar (2009), porque me estaba contando otra vez Pocahontas (1995), Dune (1984), y no sé cuántos otros títulos más. Y tampoco le estaba dando un valor añadido. Pero, si una IA te va a dar Pocahontas con otra ambientación y nombres, eso va a tener un público. Otra vez. Hollywood ha hecho cine con plantilla durante años y a la gente le gusta. Y ahora, en periodo navideño tenemos un montón de telefilmes con el mismo argumento. Las IAs no tienen difícil estar a la altura. Y ese es el mismo problema del artista gráfico. Que tiene que trascender. Y no siempre puede hacerlo porque el público no lo necesita. ¿Cuántos diseñadores de etiquetas de productos alimenticios conocéis? ¿Qué hayan hecho carteles de helados? ¿Envoltorios de chicle? ¿El cartón del blíster de un juguete? Y oye, que una de las cosas que vendió en su día la línea de juguetes Masters del Universo fue el maravilloso arte de sus cajas… pero esto no es así siempre.

Luego tenemos el argumento de que las IAs roba a los artistas. La primera razón por la que aparece esta idea es porque las IAs han sido entrenadas expresamente con bancos de imágenes sin pagar derechos a los respectivos autores. Así que los artistas hacen piña en el uso de este argumento esperando que, en el mejor de los casos, frene el uso de las IAs y, en el peor, recibir compensación económica por ello. Y nace de algo bastante razonable y es que es frustrante, indignante, que algo como una IA te quite trabajo tras haber sido entrenada con tus propias obras. Sin embargo, a pesar de todo, ¿podemos hablar de robo?

Cartel de la película Ready Player One
Cartel de la película Ready Player One... esa pierna...

Las IAs no hacen collage con las imágenes originales, sino que crean imágenes nuevas con el estilo de las imágenes con las que ha sido entrenada. A efectos prácticos es como si alguien se pasara toda su vida dibujando copiando a, qué se yo, a John Byrne y acabara dibujando igual. ¿Tendría que pagar a John Byrne por ello? ¿Quién ha aprendido a dibujar sin referentes? Si copias a un autor con un estilo muy marcado, como por ejemplo Mike Mignola, y a la gente le mola su estilo y compran tu obra porque tiene ese estilo… Porque efectivamente podría pasar que alguien cree una obra con el estilo de Mignola y en un momento dado el público se decante por ella en perjuicio de otra del propio Mignola que se publique a la vez. ¿Puede Mignola demandarte por aprovecharte de su personal estilo? ¿Puede hacerlo Akira Toriyama? Toriyama tiene un estilo tan reconocible y que se presta tanto a ser imitado que efectivamente hay por todo el mundo artistas amateurs que han hecho comics de Dragon Ball que son visualmente idénticos a los originales. No voy a preguntar ya si los dibujantes que imitan a Toriyama tendrían que pagarle derechos sino ¿Si entrenamos a una IA en el estilo de Toriyama sin usar sus dibujos sino de aquellos que imitan a la perfección su estilo… se estaría robando a Toriyama?

Sigue quedando la cosa de que los autores no dieron su consentimiento para que se usara su trabajo para entrenar a una IA para crear ilustraciones con su estilo, pero eso solo es válido ahora, cuando las IAs necesitan expresamente ser entrenadas en ellos, pero en el momento en el que las IAs puedan escrutar libremente internet lo que podría ocurrir es que le pidiéramos a la IA que nos haga una ilustración estilo Frazetta y la IA lo que haga es hacer exactamente lo que haría una persona, irse a internet, a google, buscar imágenes del tal Frazetta, analizarlas y generar la imagen sin un entrenamiento exclusivo previo. En ese caso nadie habría entrenado expresamente a la IA con esas imágenes. Es lo que haríamos las personas, solo que el resultado de la IA estará al alcance de cualquiera, no solo de quien se esfuerce en aprender a pintar como Frazetta. ¿Podríamos hablar de robo si la IA simplemente “ha ido a mirar” las imágenes que había en google con ese estilo?

 

Arte cubista
Arte cubista

En cualquier caso, ¿hasta qué punto las IAs podrían necesitar hacer uso de obras sujeta a derechos de autor? Tenemos siglos de pintura, arquitectura, escultura, literatura… etc. Si necesitamos una portada para una novela podríamos pedirle a una IA que nos haga una ilustración según lo que queremos que represente y lo haga con el estilo de un pintor histórico concreto. O que la portada sea una imagen fotorrealista de una escultura estilo renacentista sobre un personaje que nos hayamos inventado. ¿Quién tiene derecho a pedir compensación económica? Nadie. A ese respecto alguien me dijo “si esos autores estuvieran vivos tampoco aprobarían el uso de las IAs”. Pero no lo están. ¿O a cuantos autores se compensa cada vez que Hollywood saca una versión de Los Tres Mosqueteros o La Isla del Tesoro? ¿O todas esas películas que beben directamente del Cuento de Navidad de Dickens? Murnau hizo Nosferatu (1922) sin tener los derechos del Drácula de Stoker y la consecuencia fue que los tribunales dictaron que todas las copias de Nosferatu debían destruirse, pero no se hizo y hoy día la figura de Nosferatu es una imagen poderosa que se usa sin el más mínimo pudor por parte de cineastas, ilustradores, novelistas, sin pagar derechos a Murnau, mucho menos a Stoker, y sin el más mínimo reparo ante el hecho de que la obra de Murnau sea tan alabada a pesar de haber sido un producto ilegal.

Pero todo esto no es nuevo, ya ha pasado antes una y otra vez: la máquina puede hacer el trabajo del hombre y el hombre se queda sin trabajo. Antes las fábricas daban trabajo a toda una ciudad, y ya no. E incluso sin intervención de máquinas, simplemente cambiando de modelo de negocio: vas a un bazar y en un solo pasillo encuentras más material de papelería que el que tienen muchas papelerías, pero también tienen otros muchos pasillos con otras cosas. Lo que antes daba de comer a una docena de tiendas de barrio, cada una con su dependiente, frecuentemente más de uno, ahora lo encuentras en un solo sitio con solo dos o tres dependientes para todo. O en los hipermercados. Y tienen cajas en las que puedes pagar sin que te atienda alguien. Pero todo esto era algo que les pasaba a otros. Ahora, contra todo pronóstico, las víctimas son aquellos que suponíamos irreemplazables, los artistas, aquellos a quienes suponíamos que las máquinas no podrían reemplazar, y son los que se quejan como antes se quejaron otros. Solo que ahora, en el mundo actual, internet y las redes sociales les da voz. Y es lógico que se quejen.

Hay quienes apuntaban a que esto desembocaría en la creación de nuevas profesiones como remplazo a las que se perdieran o que las IAs podrían constituir una herramienta para esos artistas que hoy ven amenazada su profesión. Yo no lo veo así. Por ejemplo se hablaba de una profesión que sería la de prompt engineering que estaría enfocada en la labor de crear las entradas de texto que hagan que las IAs den los mejores respuestas posibles. Desde el principio a mí particularmente me pareció una idea absurda porque precisamente lo que se está haciendo es que las IAs puedan generar esos resultados a partir de lo que le dices de la misma forma que se lo dirías a un ilustrador. Y van a mejorar en eso, y no vas a tener que saber de encuadres, de estilo artísticos, de la misma forma que no lo necesitas cuando hablas con un ilustrador. Vas a poder decirle que quieres un a arquitectura como la que aparece en tal o cual película sin saber que estilo es. Y te van a entender. Porque ya lo están haciendo... pero van a mejorar mucho. A medida que las IAs mejoren acabarán siendo mejores en entender lo que les edimos.

Así efectivamente sería justo que legalmente se protegiera el trabajo de los artistas. Como también debería defenderse todos esos otros puestos que están en riegso de desaparecer en los próximos años y no son de indole artística o incluso de recuperar algunos perdidos. Pero simplemente por eso, porque es su medio de subsistencia. Es una gran razón o excusa para hacerlo. No hace falta argumentar cosas como las IAs nunca lo van a hacer igual de bien o, que se les está robando, lo cual, como he expuesto, creo que es discutible. Y estos han sido mis argumentos.

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