viernes, 17 de noviembre de 2023

El arte, los artistas y las IAs

 

Ilustración IA Robot Pintor

Hace unas semanas en twiter/X se pusieron de moda imágenes generadas por Inteligencia Artificial simulando carteles de películas de Disney/Pixar sobre los más dispares temas de la actualidad pública (incluyendo algunos un tanto escabrosos). Y, por supuesto, hemos tenido la correspondiente reacción de rechazo por parte de los dibujantes, ilustradores, etc.

Como habré comentado muchas veces, mi postura sobre gran cantidad de temas es neutral. Me parece absurdo e inabarcable que uno pueda o deba tener una opinión firme sobre todo. Porque generalmente las cosas no son o blancas o negras, sino que hay una infinita gama de grises de por medio y porque hay cosas que simplemente no te planteas hasta que alguien las pone sobre la mesa. Bueno, hay opiniones que siempre están sobre la mesa, e incluso en las que no soy neutral intento ser crítico con las posturas extremistas que más se acercan a mi parecer y sopesar igualmente, incluso de forma reiterada, las que más se alejan. Y es una situación incómoda y solitaria porque generalmente las posturas extremistas suelen exigir el “estás conmigo o contra mí”, “blanco o negro”. Pero debo confesar que hay algo que me puede y me incita a participar en un debate, y que a veces puede hacer parecer que me posiciono de un lado y no del otro, aunque no necesariamente sea así. Y ese algo es cuando estimo que hay falta de coherencia o razonamiento lógico en los argumentos que se da. Porque creo que independientemente de nuestra postura respecto algo, desde el punto de vista ético o moral, o desde un punto de vista subjetivo como pueden ser nuestras preferencias personales, la discusión debe asentarse sobre unas bases basadas en hechos objetivos y razonamientos lógicos.

Lo malo es que incluso esto de los “hechos objetivos y razonamientos lógicos” son discutibles. Porque a veces tomamos como tales cosas que no lo son y otras no los vemos, aunque los tengamos delante. Es algo que pasa continuamente.

BossLogic dibuja al nuevo Capitán América de Falcon y el Soldado de  Invierno con el "mazado" estilo de Liefeld | Hobby Consolas
El inefable Capitán América de Rob Liefeld.


Pues bien, a lo que iba, sobre el tema de las IAs en el campo de la ilustración, los dibujantes, ilustradores, etc. vuelven a mostrar su descontento, indignación, incluso enfado, por el uso de las mismas. Lo cual es lógico teniendo en cuenta que estas podrían, en un futuro muy cercano, quitarles el trabajo. De hecho, se está dando incluso actualmente, cierto que con resultados que dejan que desear, pero ahí van.

Los argumentos que manifiestan los artistas son, principalmente, dos. Argumentan la falta de calidad de dichas ilustraciones, de coherencia visual, de unas mínimas nociones en cuanto al uso del color y la luz, de la composición, y de la narrativa y coherencia en el caso del arte secuencial que son los comics. Y, por otro lado, que esto se está haciendo robando a los a artistas en referencia a que estas IAs son entrenadas previamente con bancos de imágenes de las cuales no tienen los derechos y ellos, los autores, no han dado su consentimiento para que sus imágenes sean usadas de esta forma. Y estos dos argumentos son los que voy a cuestionar.

Es cierto lo de la falta de calidad. Algo que resulta especialmente claro cuando observamos los detalles pequeños en una de estas ilustraciones generadas por IA. Me refiero a cosas que a priori parecen ser vasos, libros, jarrones, etc. pero cuando los miras te das cuenta de que ahí realmente no hay una imagen coherente. Y rostros deformes, ojos dispares y, sobre todo, manos raras, en posturas extrañas y con más o menos dedos de los que deberían. Y con esto hay que tener en cuenta lo que se ha conseguido en el último par de años. ¿Qué duda cabe de que van a mejorar? ¿De que lo están haciendo a pasos agigantados? Y eso es aún más incuestionable en el uso de la composición que a fin de cuentas es hablar de geometría, de matemáticas, y campos en los que los ordenadores son muy precisos. Hoy quizás esas ilustraciones disten mucho de ser perfectas, pero eso va a cambiar y no va a hacer falta mucho tiempo a no ser que se frene el desarrollo de estas tecnologías. Pero el principal error en la crítica a estas ilustraciones por todos esos defectos es que se hace en base a una calidad de las que los propios artistas no hacen gala a veces. Cuando tenemos al inefable Capitán América de Rob Liefeld, una portada con un Spider-Man de Todd Macfarlane con dos manos izquierdas o al Superman mafioso de John Romita Jr. por poner algunos ejemplos, entonces esas críticas pierden fuerza.

Spider-Man con dos manos izquierdas. Todd Mcfarlane.
Spider-Man por Todd Mcfarlane con dos manos izquierdas.

Y otro aspecto importante que se obvia es la capacidad del público general para reparar en ciertos detalles en los que la mirada analítica del artista se fija. A menudo la gente no se fija en un detalle a no ser que le señales que está ahí. Y por mucho que una composición de página, o de toda la obra, pueda marcar una diferencia enorme según se resienta de estos defectos o no, que haga el disfrute de la obra más o menos eficaz, al final lo que queda es que al público le guste o no, le entre por los ojos o no. Y a veces una ilustración solo es para el cartel de un evento, o para el fondo de la portada de un libro, en los que el público probablemente no mantenga su mirada mucho tiempo.

Me encantan las películas de viajes en el tiempo y con frecuencia oigo a la gente decir que Regreso al Futuro (1985) es la mejor película de viajes en el tiempo, que es perfecta, que funciona como un reloj, etc. pero la realidad es que a pesar de los valores que efectivamente tiene, de lo icónica que es, del carisma de sus personajes, etc. la realidad es que tiene serios problemas de coherencia muy obvios que la gente no ve (como en muchas otras muchas películas de viajes en el tiempo). Pero les encanta. Y no hay discusión posible respecto a eso. Pues lo mismo. Como artista puedes ver mil defectos en una ilustración generada por IA, que efectivamente estarán ahí, pero la cuestión es cómo va a reaccionar el público. Y ahí tenemos a toda esa gente haciendo en twitter carteles de Disney Pixar y a todos esos artistas indignados.

Aprovecharé para decir que nunca he sido fan del arte abstracto o según qué arte moderno. Para mí hay algo clave para identificar el arte, y quizás a alguien le parecerá una herejía lo que voy a decir, y es esta: si nos encontramos esa obra de arte en un vertedero ¿podríamos identificarlo como arte? Y esto va tanto si ese arte consiste en un váter, una composición con maniquíes o un lienzo con cuatro manchas de pintura. Hay una anécdota según la cual una limpiadora de un museo preguntó “¿esto lo puedo limpiar o es arte?” y otra sobre una limpiadora que, en una situación similar, directamente lo tiró.

"Arte moderno" que parece basura.
¿Arte moderno o basura?

Y luego tenemos estilos como el cubista que evidentemente podemos identificar como expresión artística, que hay el deseo de expresar algo, y un cierto talento invertido en ello. Pero le vas a decir a la IA que te haga una composición estilo cubista con ciertos elementos y te va a hacer algo sobre lo cual… ¿puedes argumentar que unas manos están mal dibujadas o que no entiendes bien que es tal o cual detalle?

Como lector de comics siempre he seguido personajes, géneros, temas, no artistas, pero cuando te familiarizas con el trabajo de uno, y te satisface, obviamente quieres más de ese artista, te pica la curiosidad, quieres saber qué más te aporta ese artista, ese ser humano con su experiencia de vida, y ahí una IA no tiene nada que hacer. Pero la realidad es que a menudo solo buscamos entretenernos. Es decir, cuando vi El Ladrón de Orquídeas (2002), me fui corriendo a IMDB a ver quién era el tal Charlie Kauffman, el auténtico, el cual también había escrito el guion de Como ser John Makovich (1999). Quería saber quién era ese tío y qué más podía ofrecerme. Esto no pasó cuando vi Avatar (2009), porque me estaba contando otra vez Pocahontas (1995), Dune (1984), y no sé cuántos otros títulos más. Y tampoco le estaba dando un valor añadido. Pero, si una IA te va a dar Pocahontas con otra ambientación y nombres, eso va a tener un público. Otra vez. Hollywood ha hecho cine con plantilla durante años y a la gente le gusta. Y ahora, en periodo navideño tenemos un montón de telefilmes con el mismo argumento. Las IAs no tienen difícil estar a la altura. Y ese es el mismo problema del artista gráfico. Que tiene que trascender. Y no siempre puede hacerlo porque el público no lo necesita. ¿Cuántos diseñadores de etiquetas de productos alimenticios conocéis? ¿Qué hayan hecho carteles de helados? ¿Envoltorios de chicle? ¿El cartón del blíster de un juguete? Y oye, que una de las cosas que vendió en su día la línea de juguetes Masters del Universo fue el maravilloso arte de sus cajas… pero esto no es así siempre.

Luego tenemos el argumento de que las IAs roba a los artistas. La primera razón por la que aparece esta idea es porque las IAs han sido entrenadas expresamente con bancos de imágenes sin pagar derechos a los respectivos autores. Así que los artistas hacen piña en el uso de este argumento esperando que, en el mejor de los casos, frene el uso de las IAs y, en el peor, recibir compensación económica por ello. Y nace de algo bastante razonable y es que es frustrante, indignante, que algo como una IA te quite trabajo tras haber sido entrenada con tus propias obras. Sin embargo, a pesar de todo, ¿podemos hablar de robo?

Cartel de la película Ready Player One
Cartel de la película Ready Player One... esa pierna...

Las IAs no hacen collage con las imágenes originales, sino que crean imágenes nuevas con el estilo de las imágenes con las que ha sido entrenada. A efectos prácticos es como si alguien se pasara toda su vida dibujando copiando a, qué se yo, a John Byrne y acabara dibujando igual. ¿Tendría que pagar a John Byrne por ello? ¿Quién ha aprendido a dibujar sin referentes? Si copias a un autor con un estilo muy marcado, como por ejemplo Mike Mignola, y a la gente le mola su estilo y compran tu obra porque tiene ese estilo… Porque efectivamente podría pasar que alguien cree una obra con el estilo de Mignola y en un momento dado el público se decante por ella en perjuicio de otra del propio Mignola que se publique a la vez. ¿Puede Mignola demandarte por aprovecharte de su personal estilo? ¿Puede hacerlo Akira Toriyama? Toriyama tiene un estilo tan reconocible y que se presta tanto a ser imitado que efectivamente hay por todo el mundo artistas amateurs que han hecho comics de Dragon Ball que son visualmente idénticos a los originales. No voy a preguntar ya si los dibujantes que imitan a Toriyama tendrían que pagarle derechos sino ¿Si entrenamos a una IA en el estilo de Toriyama sin usar sus dibujos sino de aquellos que imitan a la perfección su estilo… se estaría robando a Toriyama?

Sigue quedando la cosa de que los autores no dieron su consentimiento para que se usara su trabajo para entrenar a una IA para crear ilustraciones con su estilo, pero eso solo es válido ahora, cuando las IAs necesitan expresamente ser entrenadas en ellos, pero en el momento en el que las IAs puedan escrutar libremente internet lo que podría ocurrir es que le pidiéramos a la IA que nos haga una ilustración estilo Frazetta y la IA lo que haga es hacer exactamente lo que haría una persona, irse a internet, a google, buscar imágenes del tal Frazetta, analizarlas y generar la imagen sin un entrenamiento exclusivo previo. En ese caso nadie habría entrenado expresamente a la IA con esas imágenes. Es lo que haríamos las personas, solo que el resultado de la IA estará al alcance de cualquiera, no solo de quien se esfuerce en aprender a pintar como Frazetta. ¿Podríamos hablar de robo si la IA simplemente “ha ido a mirar” las imágenes que había en google con ese estilo?

 

Arte cubista
Arte cubista

En cualquier caso, ¿hasta qué punto las IAs podrían necesitar hacer uso de obras sujeta a derechos de autor? Tenemos siglos de pintura, arquitectura, escultura, literatura… etc. Si necesitamos una portada para una novela podríamos pedirle a una IA que nos haga una ilustración según lo que queremos que represente y lo haga con el estilo de un pintor histórico concreto. O que la portada sea una imagen fotorrealista de una escultura estilo renacentista sobre un personaje que nos hayamos inventado. ¿Quién tiene derecho a pedir compensación económica? Nadie. A ese respecto alguien me dijo “si esos autores estuvieran vivos tampoco aprobarían el uso de las IAs”. Pero no lo están. ¿O a cuantos autores se compensa cada vez que Hollywood saca una versión de Los Tres Mosqueteros o La Isla del Tesoro? ¿O todas esas películas que beben directamente del Cuento de Navidad de Dickens? Murnau hizo Nosferatu (1922) sin tener los derechos del Drácula de Stoker y la consecuencia fue que los tribunales dictaron que todas las copias de Nosferatu debían destruirse, pero no se hizo y hoy día la figura de Nosferatu es una imagen poderosa que se usa sin el más mínimo pudor por parte de cineastas, ilustradores, novelistas, sin pagar derechos a Murnau, mucho menos a Stoker, y sin el más mínimo reparo ante el hecho de que la obra de Murnau sea tan alabada a pesar de haber sido un producto ilegal.

Pero todo esto no es nuevo, ya ha pasado antes una y otra vez: la máquina puede hacer el trabajo del hombre y el hombre se queda sin trabajo. Antes las fábricas daban trabajo a toda una ciudad, y ya no. E incluso sin intervención de máquinas, simplemente cambiando de modelo de negocio: vas a un bazar y en un solo pasillo encuentras más material de papelería que el que tienen muchas papelerías, pero también tienen otros muchos pasillos con otras cosas. Lo que antes daba de comer a una docena de tiendas de barrio, cada una con su dependiente, frecuentemente más de uno, ahora lo encuentras en un solo sitio con solo dos o tres dependientes para todo. O en los hipermercados. Y tienen cajas en las que puedes pagar sin que te atienda alguien. Pero todo esto era algo que les pasaba a otros. Ahora, contra todo pronóstico, las víctimas son aquellos que suponíamos irreemplazables, los artistas, aquellos a quienes suponíamos que las máquinas no podrían reemplazar, y son los que se quejan como antes se quejaron otros. Solo que ahora, en el mundo actual, internet y las redes sociales les da voz. Y es lógico que se quejen.

Hay quienes apuntaban a que esto desembocaría en la creación de nuevas profesiones como remplazo a las que se perdieran o que las IAs podrían constituir una herramienta para esos artistas que hoy ven amenazada su profesión. Yo no lo veo así. Por ejemplo se hablaba de una profesión que sería la de prompt engineering que estaría enfocada en la labor de crear las entradas de texto que hagan que las IAs den los mejores respuestas posibles. Desde el principio a mí particularmente me pareció una idea absurda porque precisamente lo que se está haciendo es que las IAs puedan generar esos resultados a partir de lo que le dices de la misma forma que se lo dirías a un ilustrador. Y van a mejorar en eso, y no vas a tener que saber de encuadres, de estilo artísticos, de la misma forma que no lo necesitas cuando hablas con un ilustrador. Vas a poder decirle que quieres un a arquitectura como la que aparece en tal o cual película sin saber que estilo es. Y te van a entender. Porque ya lo están haciendo... pero van a mejorar mucho. A medida que las IAs mejoren acabarán siendo mejores en entender lo que les edimos.

Así efectivamente sería justo que legalmente se protegiera el trabajo de los artistas. Como también debería defenderse todos esos otros puestos que están en riegso de desaparecer en los próximos años y no son de indole artística o incluso de recuperar algunos perdidos. Pero simplemente por eso, porque es su medio de subsistencia. Es una gran razón o excusa para hacerlo. No hace falta argumentar cosas como las IAs nunca lo van a hacer igual de bien o, que se les está robando, lo cual, como he expuesto, creo que es discutible. Y estos han sido mis argumentos.

domingo, 10 de septiembre de 2023

Blancanieves y la Inclusión

 

Foto de Blancanieves Action Live

Originalmente la idea era escribir un nuevo artículo centrado en la diversidad en el cine de los 80s pero lamentablemente veo que toca volver al tema de Disney y la diversidad en sus adaptaciones de imagen real. Y es que parece no quedar claro qué es un icono Disney. Estamos hablando de iconos gráficos y visuales que tienen un diseño, una imagen, muy concreta. Si cuando salió el VHS de La Sirenita (1989) hubieras regalado a algún infante uno de la versión animada japonesa de 1975 posiblemente te hubieras encontrado con la decepción en su cara. Porque “esa no era La Sirenita".

Disney, como la marca que es, con toda su popularidad y fama por haber hecho las versiones definitivas de muchos cuentos clásicos, hace suyo el cuento de Andersen convirtiéndolo en uno más de sus productos estrellas dándole una imagen muy concreta. De la misma forma que distinguimos al Ratón Mickey del Ratón Jerry o Pixie y Dixie no podemos pretender que La Sirenita de Disney tenga otro aspecto que el que la hizo popular.

Imagen de La Sirenita japonesa de 1975
Esta no es La Sirenita de Disney... ¿es obvio no?

Y es importante entender hasta qué punto estamos hablando de su producto. Mucha gente argumenta que no fue fiel al cuento original y nadie se quejó. O sí. Lo que pasa es que era un cuento popular, sin un copyright vigente, que contaba con otras versiones y que a menudo formaba parte de libros que compendiaban estos cuentos infantiles. Lo que no había era un grupo organizado de fans de la obra de Hans Christian Andersen lo suficientemente grande como para manifestarse con una resonancia a nivel global. Algo que si ocurre cuando hablamos de un producto de consumo de masas que acaba siendo un icono en el mundo entero. Disney convirtió su versión en un icono gráfico reconocible en todo el mundo y en un producto estrella de su catálogo, el cual, qué duda cabe, hoy día sigue generando suculentos beneficios. Ni siquiera tienes que ver otra cosa que su cara para reconocer a Ariel.

Por ejemplo, en el caso de Aladdin (1992), yo mismo, conociendo hasta cierto punto la historia original, tenía mis objeciones sobre la versión de Disney antes de que esta se estrenara. En la historia original, Aladdin es chino y vive con su madre, y quien lo envía a la Cueva de las Maravillas es un señor africano (sí, negro) que aparece de repente en su casa diciendo ser hermano de su difunto padre. No hay alfombra mágica en el cuento, pero sí un segundo genio en un anillo. Y ya puestos, hasta ese momento, los genios en los cuentos infantiles solían ser representados en color verde. Y el nombre del personaje en su versión en español era Aladino. Disney hace su propia versión, son sus propias características, su propia historia, e impone, para unificar la marca supongo, que se llame Aladdin que no es sino la versión inglesa del nombre del personaje.

Portada de un cuento de Aladino
Este tampoco es el Aladdin de Disney

Estos cuentos populares son a día de hoy propiedad pública, no hay un copyright, no hay derechos de autor y cualquier productora puede llevar a cabo una nueva versión ya sea en dibujos animados o imagen real. Y el público no va a tener otras expectativas al respecto que las que pueda tener de la versión popular del cuento. Aunque la comparación con las versiones de Disney será inevitable porque, como hemos dicho más arriba, estas se han convertido prácticamente en las “versiones definitivas”. Pero si quien hace una versión en imagen real es la propia Disney… bueno, todo el mundo sabe cómo es la versión Disney de La Sirenita, de Aladdin o… de Blancanieves (1937).

Y aquí nos encontramos con la situación actual: una Blancanieves interpretada por una actriz cuya piel desde luego no es blanca como la nieve. Los siete enanitos siguen siendo siete, pero solo uno de ellos es enano y el resto son un abanico de diversidad humana entre distintos sexos, razas y posiblemente orientación sexual. Y tenemos a una madrastra que, interpretada por la wonder woman Gal Gadot, no tenemos claro qué belleza puede envidiarle a la protagonista. Por si fuera poco, la actriz protagonista ha hecho declaraciones sobre que esta Blancanieves no es una princesa en apuros que necesite ser rescatada por un príncipe sino alguien que busca ser una líder. Y entonces la duda es ¿Dónde queda la versión original de Disney? ¿En que un par de trajes son los mismos? ¿Me estáis diciendo que lo que esta versión tiene en común con el original es lo mismo que algunas “versiones para adultos”?

Foto de la actriz Renata Vaca
La actriz Renata Vaca estuvo a punto de ser elegida la nueva Blancanieves de Disney.

Ya cuando se empezó a hablar de esta versión, el actor Peter Dinklage (Tyrion en Juego de Tronos) hizo unas declaraciones sobre que en Disney se mostraba muy orgullosos de tener una Blancanieves latina, pero seguía cayendo en el tópico de “enanos en una cueva” (a pesar de que los enanos no vivían en una cueva). Ante lo cual Disney se apresuró a pronunciarse sobre que no serían enanos sino “seres mágicos” lo que nos llevó a algunos a pensar que se trataría de criaturas creadas por CGI. El caso es que el comentario de Dinklage también obtuvo respuesta por parte de la comunidad de actores con acondroplasia (“enanos”) en la cual expresaban que Dinklage no les representaba y que muchos de los trabajos a los que aún podían optar eran ese tipo de personajes. Y eso se estaba poniendo en peligro. Pues nada, ya solo tenemos un enanito de siete como parte de un grupo representativo de diversidad vestidos de carnaval.

Por si fuera poco, en estos mismos días hemos visto el tráiler de una precuela del Willy Wonka de Gene Wilder de 1971 (Un Mundo de Fantasía en España) al final del cual vemos a un Oompa Loompa, interpretados en la versión original por actores enanos, esta vez interpretado por una versión enananizada digitalmente de Hugh Grant. En un papel que podría haber interpretado un actor con acondroplasia.

Hugh Grant como Oompa Loompa
Hugh Grant como Oompa Loompa

Como ya dije en su momento, en mi opinión, los enanos de Blancanieves, como los de, por ejemplo, El Señor de los Anillos, no son personas con acondroplasia sino que pertenecen a una raza de fantasía (como puedan serlo los elfos y gnomos) que, indudablemente en su momento estuvieron inspirados por este tipo de personas, pero que hoy día son personajes de ficción. Por ejemplo, la complexión de los enanos de los mundos de Tolkien o Dragones y Mazmorras no es la misma que las de estas personas. Pero, ya puestos, si necesitas a actores para esos papeles… ¿Quiénes son los más aptos? Para interpretar a Chewbacca (La Guerra de las Galaxias, 1977), el Predator (1987) o Harry de Bigfoot y los Henderson* (1987) se eligieron a personas altas. Para los wookies en la trilogía de precuelas de Star Wars se recurrió a jugadores de baloncesto… y no a gente con zancos ¿Así que cuál es el problema? El problema no es que los actores enanos hagan esos personajes de enanitos y cosas similares. El problema, en todo caso, es que no se les de otros papeles para los cuales su naturaleza no sea un problema: quizás no puedan ser héroes de acción (o sí, ahí tenemos a Warwick Davis en Willow, 1988), pero pueden interpretar a padres de familia, abogados, médicos, ejecutivos… Y mientras buscaba una imagen para ilustrar el artículo veo que efectivamente hay polémica expresamente por que hayan elegido a Grant para el papel, por "haber cerrado una puerta y no haber abierto otra". Siguen sin darles papeles normales pero gracias a los movimientos de inclusión ya ni siquiera les van a dar los habituales.

Por lo visto uno de los personajes masculinos de la nueva serie de imagen real de One Piece es interpretado por un actor transexual. Y vi un comentario en twitter de alguien haciendo notar que mientras esto es aceptado, no lo sería si alguien que no lo fuera interpretara a un personaje transexual. La respuesta de otra persona fue que los actores transexuales lo tienen más difícil porque los personajes transexuales no son tan habituales. Esto en mi opinión crea desigualdad. En mi opinión sería lógico que si tienes un personaje transexual elijas a un actor que lo sea… pero si el director tiene en mente a un actor que no lo es… ¿por qué no? Pues bueno, a lo que iba, el caso es que esta cuestión de las personas transexuales al parecer no es aplicable a los actores con acondroplasia: aunque no tengan muchas otras opciones como actores, censuran que quieran darles papeles de enano y al parecer estará bien dárselos a actores de talla media como Hugh Grant. ¿Solo me lo parece a mí que todo esto es ridículamente incoherente?

Foto de la Blancanieves de Lily Collins y sus enanitos
Lily Collins fue una Blancanieves ideal en la versión coprotagonizada por Julia Roberts.

Volviendo a Blancanieves, durante años hemos visto distintas versiones de todo tipo. Así de pronto me vienen a la cabeza las tres versiones de 2012, aquellas que contaban con Julia Roberts, Charlize Theron y Maribel Verdú como la madrastra. Y una de 1997 con Sigourney Weaver. Y no hay ningún problema con ellas. Son películas que se pueden ver o incluso, alguna de ellas, está muy bien. Lo de ahora es un problema exclusivamente de Disney porque su Blancanieves siempre será la hecha por Walt y cambiar eso, debido a la importancia de la película en la historia del cine y como clásico de la marca, es querer tapar el sol con un dedo. Y particularmente se me escapa por qué Disney está tomando estas decisiones tan absurdas. Disney ya era inclusiva y nadie tenía nada en contra de ello: Encanto (2021), Coco (2017), Vaiana/Moana (2016) , Tiana y el Sapo (2009), Lilo y Stich (2002), Mulan (1998), Pocahontas (1995)…

Me es imposible entender que ha llevado a Disney a tomar unas decisiones que a todas luces que ya de por sí no le benefician y mucho menos si hubieran decidido hacer adaptaciones fieles a sus clásicos. Cierto es que otras como El Libro de la Selva (2016), La Bella y la Bestia (2017), El Rey León (2019) y Aladdin (2019) han tenido un éxito desigual e incluso alguna de ellas ha podido pasar desapercibida. Lo de hacer negra a Ariel para mí era claramente un error por lo que no dejo de exponer, falta de fidelidad al original, pero lo que se está haciendo con Blancanieves me parece ya un despropósito. Así que debo insistir ¿Qué es lo que ha llevado a Disney a tomar estas decisiones? Pensaba que crear polémica era una forma de llamar la atención sobre estos productos, pero desde luego creo que les perjudica.

Foto de la Ana Bolena negra de HBO
La Ana Bolena negra de HBO

Por cierto, al hacer referencia antes a lo incoherente que es todo esto de las políticas de inclusión con el tema de los enanos me ha venido a la cabeza otra conversación de Twitter. Y es que alguien criticaba la elección de una actriz negra para interpretar a Ana Bolena en una serie de HBO. Ante lo cual un "adalid" de la causa argumentaba que era ficción, que la raza no importaba, que lo importante era elegir a la actriz por sus cualidades interpretativas, etc… Vale… ¿entonces cuál es exactamente el problema de que Laurence Olivier interpretara a Otelo (1965)? ¿O Marlon Brando a un japonés en La Casa de Té de la Luna de Agosto (1956)? ¿Mickey Rooney en Desayuno con Diamantes (1961)? Quizás alguien aquí alguien podría decirme que el hecho de que estén maquillados para parecer de otra raza, pero en mi opinión este argumento de elegir el mejor actor me estaría justificando plenamente el black face: si tienes un personaje que forzosamente tiene que ser negro y piensas que el mejor actor que puede interpretarlo es blanco ¿Qué hacemos? Puedes tener a Marlon Brando maquillado como si fuera japonés o sin ese maquillaje... interpretando a un japonés. Pues nada, voy más allá, nada de black face: ¿Qué problema hay con que el protagonista de la serie Kung Fu (1972-1975) fuera David Carradine? ¿O que la Motoko Kusanagui de Ghost in the Shell (2017) fuera Scarlet Johanson? Y es que no se trata ya de que sean o no los mejores actores para el papel, sino que simplemente el director lo considere así. Hoy día más que nunca quedaría plenamente justificado que un director eligiera a un actor blanco y rubio para interpretar a un Malcom X, un Martin Luther King o un Nelson Mandela con el argumento de "consideré que era el mejor actor para el papel" y lo único que se podría objetar no sería el sentido común del que parece carecer la industria sino una serie de leyes o normas impuestas que obliguen a cumplir cuotas. ¿Hace falta decir que es simplemente ridículo?
 

Dicho todo esto: si me hacen una nueva película de Dragon Ball espero que nadie se me queje si Son Goku es occidental. Porque además en el manga en ningún momento se dice que tenga físico oriental. Volveremos sobre esto en un próximo artículo.

miércoles, 16 de agosto de 2023

La Huelga y el Hollywood Virtual

Foto de la huelga de actores y guionistas.

En las últimas semanas los guionistas y actores se han puesto en huelga. Una de las razones de esta huelga, sobre la que no vamos a extendernos, es la falta de transparencia de las plataformas digitales en cuando al éxito de las películas y series que ofrece. Así que básicamente los actores no saben si lo que se les está pagando en función de la visualización de las películas y series en las que han trabajado se corresponde con la realidad. Pero en este artículo vamos a centrarnos en el otro motivo de la huelga y es en el uso de las Inteligencias Artificiales como parte del proceso creativo y la digitalización de actores.

En los últimos años muchos actores han sido escaneados digitalmente como parte del proceso de filmación del cine y televisión que se está haciendo actualmente. Hemos visto como, gracias a la tecnología digital y sistemas como el del deepfake, se ha podido rejuvenecer a actores o incluso recuperar a personajes interpretados por actores fallecidos. A esto se une el hecho de muchos de esos actores que han sido escaneados lo asumieron como parte de la filmación sin tener en cuenta que esos dobles digitales podrían ser usados en algún otro momento y sin que hubiera cláusulas contractuales específicas que trataran con profundidad el tratamiento de esa información. Y no solo estamos hablando de estrellas sino de extras. De esta forma ciertos estudios habrían estado creando un banco de extras digitales que podrían usar en un futuro para rellenar escenas, poner gente “de fondo”, habiéndoles dado a cambio un único pago y sin derecho a volver a cobrar cada vez que su imagen fuera vuelta a utilizar.

A mí me da la sensación de que los actores en huelga están actuando respecto a esta situación con vistas a corto plazo, pero no a largo o incluso a medio plazo. Aunque es posible que por ahora no se pueda hacer mucho más y estén intentando ganar terreno poco a poco. Y es que hoy día las estrellas de cine pueden reivindicar que su aparición en una película les sea retribuida independientemente de que ellos estén realmente ahí o sea un doble digital, pero esto funciona en torno a ese estatus como estrellas. Un status que podrían acabar perdiendo porque los estudios podrían acabar creando sus propias estrellas digitales a partir de cero.

Fotograma de la película S1m0ne
En S1m0ne, el personaje de Al Pacino, un director, se vale de una estrella virtual.

Ya hablé de ello en mi artículo Hollywood Virtual, pero básicamente podrían crear estrellas completamente digitales con perfiles físicos determinados y guías de estilo que determinaran la forma en que actúan esos actores virtuales, su lenguaje corporal, etc. y predestinados a roles prototípicos. Y habría muchos actores que estarían dispuestos a meterse bajo la piel de esas estrellas digitales, a hacer ese trabajo, de la misma forma que un auxiliar administrativo cumple un trabajo de ocho horas o un tipo anónimo se pone un traje de Mickey Mouse en Disneylandia. Sin recibir un reconocimiento por ello, sin cobrar cada vez que la película o serie sea vista y siendo completamente sustituible. Porque Hollywood está lleno de actores que nunca consiguen hacer otra cosa que papeles pequeños que aparecen en una escena puntual y a los que ya no volvemos a ver o incluso actores que nunca dejan un trabajo de camarero en Los Ángeles. Hay gente que estaría dispuesta a hacer ese trabajo. Y es peor aún: podría llegar un momento en que ni siquiera esos actores fueran necesarios y fueran artistas digitales frente al ordenador quienes crearan la actuación completamente desde cero. Pero ¿se puede crear algo desde cero?

Nadie crea nada desde cero. Todos tomamos referencias y cogemos de aquí y allá. Y eso es lo que está pasando con las Inteligencias Artificiales que nos han ido sorprendiendo y en muy poco tiempo. Por ejemplo, con el tema de la generación de imágenes, los argumentos en contra por parte de los artistas eran muy torpes. Del tipo de que una IA nunca podría hacer lo mismo que un artista humano y que si analizabas las imágenes generadas estaban llenas de fallos, que si las manos que “dibujaban” las IAs eran cosas deformes y que si las IAs no sabían de composición, encuadre, etc. Y digo que era una defensa torpe porque la cuestión era “si en los últimos seis meses las IAs han pasado de esto a esto otro… ¿realmente creéis que van a tardar en subsanar esos fallos de los que habláis? Porque además el listón no está demasiado alto: el consumidor muchas veces no tiene el nivel para saber si algo es muy bueno o no, pero sí que sabe lo que le gusta, y ahí afuera hay mucha gente maravillada con lo que hacen las IAs con imágenes. Eso por descontado de que los artistas tampoco son perfectos: recuerdo una ilustración de Todd McFarlane donde Spider-Man tenía dos manos izquierdas y todos recordamos el infame Capitán América de Rob Lielfeld.

Capitán América por Rob Liefeld. Esto no lo hizo una IA.


Así que el punto al que ahora se acogen los artistas es que no han dado su permiso para entrenar a esas IAS con su trabajo. Y efectivamente esas IAs generan esas ilustraciones en base a enormes bancos de imágenes que explícitamente se han usado para entrenarlas. Las IAs no buscan esas imágenes en la red. Ahora bien… ¿hasta qué punto el artista puede controlar para qué se usa su obra? Si no hay lucro y no se crea un perjuicio hacia la obra del artista: si alguien se forra una carpeta con un comic de spider-man dudo mucho que el artista pudiera hacer algo en contra si decidiera hacerlo (además, sería ridículo) pero si cuelgas un comic en una web quizás se podría argumentar que, al poder leerse el comic en la web, no se compra y por tanto en teoría se produce un perjuicio*. Pero aquí surge un par de cuestiones: hay IAs que están a disposición del público sin que exista un lucro y, lo que genera la IA no es algo que haya creado el autor con el cual se ha entrenado a la IA sino algo nuevo.

Aquí entra la cuestión de que el autor no ha dado su permiso para que su trabajo sea usado para entrenar la IA. Pero el autor tampoco ha dado permiso para que su trabajo sirva para que nadie aprenda a dibujar, por ejemplo. Y lo hacemos continuamente: aprendemos a dibujar, a escribir, a contar historias en base a eso. Y como dije antes, nadie crea nada a partir de cero. Tengo un amigo que a menudo hace ilustraciones con un estilo muy a lo Mike Mignola y que por ello sea un estilo familiar para muchos a los que le gusta Mignola puede beneficiarle, pero no creo que Mignola pudiera demandarle por usar su estilo de dibujo. De la misma forma Mignola habrá tenido sus referentes. En la opinión de muchos lectores de Spider-Man el mejor dibujante que ha tenido fue John Romita Sr. y no tuvo pocos dibujantes clones porque además era un dibujo muy clásico. Si alguien hace un dibujo con un Spider-Man a lo McFarlane, que tiene una forma muy característica, y se dedica a vender camisetas con su dibujo, Marvel podría demandarle por usar su personaje, pero dudo mucho que McFarlane pudiera hacerlo por usar su estilo. Pues la IA está usando el mismo proceso que los seres humanos. Pero ella es más eficaz.

Y aquí en contra podríamos argumentar que no es lo mismo, que la IA no está aprendiendo nada, que está procesando información explicita, etc. Vale, eso es hoy que expresamente se le suministra un banco de datos finito a la IA. ¿Y cuándo las IAs tengan acceso a la información global que hay en internet y a obras sin derechos de autor que pueden ir desde pinturas de grandes artistas de la historia a dibujos personales compartidos por gente anónima en las redes sociales? ¿Si le damos a una IA cientos o miles de dibujos de dibujantes aficionados con el estilo de McFarlane tendría alguna base sólida para una demanda contra ilustraciones producida con su estilo? ¿Cuántos artistas europeos tienen el mismo estilo de línea clara que Hergé? Y me atrevo a ir más allá ¿Qué pasará cuando tengamos androides como los que proponen Elon Musk o Boston Dinamics equipados con IAs y simplemente se puedan sentar a ver la televisión?

El Nº 5 de Cortocircuito aprendió todo lo que sabía, incluso a bailar, viendo la televisión.

Hasta ahora me he centrado en el uso de la IA a las imágenes porque creo que sirve bien para ejemplificar lo complicado de la situación pero lo que realmente afecta a la huelga de Hollywood en torno al uso IAs son los textos que podrían generar. Concretamente argumentos y guiones. Y la cosa se vuelve incluso más complicada que con las imágenes. Porque a esas IAs habría que alimentarlas con argumentos y guiones. Ahora bien, si lo que genera la IA es un argumento o guion nuevo ¿cómo se determina a quien hay que pagarle? ¿Se paga a todos los guionistas cuyo guión se haya usado para alimentar la IA? ¿Cuántas veces se les paga? ¿O según las trazas que encontremos en el nuevo guion de un determinado guion se les paga a unos guionistas en concreto? ¿Y cómo determinamos qué efectivamente son esos argumentos o guiones los que se han usado? Un ejemplo:

“Una chica que trabaja en la gran ciudad viaja por trabajo/vacaciones a un pequeño pueblo/su pueblo natal y descubre que una empresa/su propia empresa se dispone a hacer algo que perjudicará al pueblo. Usa sus conocimientos profesionales para ayudar a la gente del pueblo y mientras tanto empieza a enamorarse de un joven activista/padre soltero/antiguo amigo. Al final cuando todo se ha resuelto decide quedarse en el pueblo porque ha descubierto el amor verdadero/el sentido de la navidad/la calidad humana de la comunidad local”

Esto no lo ha generado una IA. Lo acabo de escribir yo, pero es el argumento de montones de telefilmes. De hecho, los telefilmes que beben del argumento base de Canción de Navidad de Charles Dickens (1843), Que Bello es Vivir (1946), Atrapado en el Tiempo (1993) o La Mano que Mece la Cuna (1992) (ya sabéis, la niñera se quiere quedar con el marido y volver loca a la mujer) se cuentan por cientos. Si una IA genera este argumento… ¿hay que pagarle a alguien? ¿exactamente a quién?

Fotograma de Que Bello es Vivir de Frank Capra

Y alguien podría pensar que son casos muy concretos, que esto no se da mucho y menos en grandes producciones. Vamos con otro ejemplo:

“Los miembros de una expedición a una tierra desconocida repleta de recursos naturales valiosos entran en contacto con los nativos. El protagonista no tarda en simpatizar con el pueblo indígena y enamorarse de una de ellos mientras estalla el conflicto entre ambos bandos. Así que nuestro protagonista no tarda en revelarse contra los suyos uniéndose a los nativos y eventualmente, tras hacerse valer llevando a cabo algún tipo de proeza como montar a algún tipo de animal mítico, acaba convirtiéndose en el líder que los llevará a la victoria”

Si una IA me da este argumento… ¿quién debe cobrar? ¿El escritor de Dune (Frank Herbert), de Ferngully (1992), de Pocahontas (1995), de Avatar (2009) o quién? Porque tienen el mismo argumento ¿Quizás alguien anterior? Joseph Campbell venía a decir que todas las historias se han contado ya. La Guerra de las Galaxias (1977) nos cuenta como Luke (Arturo) guiado por Obi Wan (Merlín) se hace con la espada que perteneció a su padre (Excalibur) y se dispone a seguir sus pasos convirtiéndose en el último Jedi (ser Rey) y además anda por ahí su hermana Organa (Morgana) con la que casi comete incesto. Chappie (2015) es una mezcla descarada entre Robocop (1987) y Cortocircuito (1986) y Distrito 9 (2009) toma como base la premisa de Alien Nation (1988). La película Héroes Fuera de Órbita (1999) repite el patrón de Tres Amigos (1986). Y ambas basadas en Los 7 Magníficos (1960)/ Los 7 Samuráis (1954). Y hablando de la película de Kurosawa hay que tener en cuenta que USA no tiene la exclusiva sobre hacer cine o mucho menos crear historias (¿Verdad Lucas?) ¿Si le pido a una IA que me escriba una versión de Los Tres Mosqueteros (Alejandro Dumas, 1844) que transcurra en el espacio hay que pagarle a alguien por ese argumento? ¿La Isla del Tesoro (Robert Louis Stevenson, 1882)?

Los Sieete Samurais de Akira Kurosawa

En este punto alguien podría alegar que un argumento solo no es nada, que hace falta un guion y que es por aprender de esos guiones por los que habría que pagar a esos guionistas. Solo que… una vez más las IAs no harían una vez más otra cosa que lo mismo que hacen los seres humanos: las películas que vemos en el cine están llenas de clichés en formas de líneas de diálogo:

"¿Cuánto tiempo llevas ahí? El suficiente", “no es lo que parece”, “siento que ya no te conozco”, “deje aquí la botella”, “suba el volumen”, “¿no crees que ya has bebido suficiente?”, “Sabía que estarías aquí”, “todo va a salir bien”, “¡detrás de ti!”, “¡Va a explotar!”, "nunca encontraron el cuerpo", "¿Esto? No es más que un rasguño"… Esta pequeña lista la he sacado de un artículo de Vanity Fair. Abajo os dejo un par de enlaces donde encontrareis más y además en un par de artículos la mar de divertidos.

La cuestión es que hay siglos de narrativa de las que sacar argumentos, de cine más allá de Estados Unidos, y de tantas frases y situaciones cliché que francamente creo que es muy difícil tener claro a quien hay que retribuir. Me acaba de venir a la cabeza una escena en la que un ejecutivo de unos estudios interpretado por Peter Gallagher decía que podía prescindir de los guionistas porque cualquier noticia en un periódico servía como argumento (El Juego de Hollywood). Obviamente no es eso, y por ahora un guion de calidad difícilmente lo va a hacer una IA por sí sola (a día de hoy, van a mejorar) pero cierto es que la producción de guiones en Hollywood tampoco ha sido especialmente brillante en los últimos años. Se hacen películas como churros y los estudios confían en "formulas" que funcionan y el público está acostumbrado a ver una y otra vez "las mismas películas". No se lo han puesto dificil a una IA si lo único que tiene que hacer es trabajar con permutaciones de fórmulas que funcionan. Quizás una IA no sea capaz de escribir un gran guion, o crear una ilustración magnifica… ¿pero le hace falta? 

Con este artículo no pretendo ir en contra de la huelga de guionistas y actores. No me parece bien que la gente se quede sin trabajo, y por tanto sin sustento, por el avance de la tecnología, cosa que, por cierto, ocurre desde hace mucho cuando a los trabajadores en una línea de montaje se les sustituyó por una máquina. Sin embargo, esa realidad está ahí y tenemos que entenderla para poder afrontarla de la mejor manera posible.

* Digo en teoría porque que alguien se descargue un cómic de una web no necesariamente implica que de no haber podido hacerlo lo hubiera comprado.

Los enlaces de Vanity Fair:

No es lo que parece... bueno sí: lista de frases cliché del cine

Películas de Casas Encantadas: 50 frases cliché

domingo, 6 de agosto de 2023

Terminator no es un ciborg

 

Arnold Schwarzenegger como Terminator

En el momento en el que escribo estas líneas la definición para ciborg según la RAE es esta:

Del ingl. cyborg, acrón. de cybernetic organism 'organismo cibernético'.
1. m. Ser formado por materia viva y dispositivos electrónicos.

Definición que yo, particularmente veo incompleta o poco clara porque ¿Cómo determinamos que algo forma parte de ese ser? ¿Podemos decir que, por ejemplo, una mascota con un chip implantado que permita su localización e identificación es un ciborg? ¿Una persona con un chip en la mano que le permita abrir cerraduras electrónicas? Siempre en mi opinión, para que consideremos que tanto la parte orgánica viva como la electrónica forman parte de ese todo que reconocemos como un ser, debe haber una codependencia entre ambas. Y eso en el caso de la mascota con el implante no se da: la mascota puede vivir sin el implante.

Hablando siempre del modelo T-101 interpretado por Arnold Schwarzenegger, ya en principio es complicado hablar de “ser” porque realmente es una máquina. No siente y no piensa. Procesa información. Es una inteligencia artificial. Así que creo que será más adecuado referirme a él como “entidad” en vez de “ser”. La cuestión es que en esta entidad tampoco existe la codependencia entre la parte electrónica y la orgánica. Sí, la orgánica se echaría a perder sin el mantenimiento que presumiblemente le proporciona la parte electrónica con el fin de mantenerse eficaz como una unidad de infiltración: si el enemigo ve la parte orgánica putrefacta difícilmente el terminator pasará desapercibido. Así que sí, es de suponer que no solo tiene carne y piel sino también un sistema rudimentario de órganos internos que le permita mantener vivo su exterior: sí, los terminators comen (tendrían que hacerlo) y una señal de ello es que les puede oler el aliento. Ahora bien: el terminator no necesita en absoluto su parte orgánica para estar en un estado de funcionamiento óptimo. Y aquí es donde se evidencia que el terminator no es un ciborg.

Cyborg Superman

Un terminator T-101 es una máquina recubierta por tejido orgánico que no necesita en absoluto para mantener un funcionamiento óptimo. De la misma forma que Tony Stark es un ser orgánico recubierto por un sistema electrónico que no necesita para seguir vivo. Sin embargo, no consideramos que Iron-Man sea un ciborg. Probablemente en este punto alguien piense “eh, en los comics Iron Man sí necesitaba de la armadura para seguir vivo…”. Bueno, no realmente, parte de la armadura lo que hacía era actuar como un electroimán para impedir que la metralla se acerara a su corazón. Ni siquiera es un sistema electrónico sino eléctrico y funciona más como una herramienta que como otra cosa. En cualquier caso, si no queda lo suficientemente claro, podemos hacer la misma comparación con War Machine (James Rhodes) ¿Es un ciborg? Está claro que no. Bueno, al menos en sus primeros tiempos, no sé cómo estará ahora la cosa en los cómics. No es lo de la misma manera que no lo es alguien equipado con un traje de astronauta o de buzo.

¿Y a qué entidad parecida a un terminator podríamos considerar un ciborg? A Hank Henshaw, el Superman ciborg de la saga El Reinado de los Superhombres. Henshaw era un astronauta acabó convertido en alguna clase de entidad invisible e intangible capaz de crearse cuerpos a partir de dispositivos electrónicos. Y a la muerte de Superman clamó ser él, resucitado, presentándose con la apariencia de Superman pero con medio cuerpo sustituido por partes robóticas claramente influenciadas por el diseño del terminator de Cameron. Y lo interesante en este Superman ciborg es que sería algo así como un ciborg inverso, donde su verdadero ser es el constituido por las partes robóticas de su cuerpo (que es donde se alojan el alma y consciencia de Henshaw) y las orgánicas serían las accesorias: no solo formarían parte de su disfraz para hacerse pasar por Superman sino que también reemplazan partes funcionales necesarias: un brazo, una pierna, un ojo… Y no solo eso, sino que a priori, suponiendo que el sol amarillo de la tierra no tenga efecto alguno sobre el metal kryptoniano del que posiblemente habría estado hecha aquella primera versión del Superman ciborg, las partes orgánicas habrían sido las más resistentes y las que habrían dotado a Henshaw de ciertas habilidades (como la visión de un ojo kryptoniano). En este caso sí hay una codependencia entre las partes orgánicas y biológicas.

Peter Weller como Robocop

¿Y quién sí es realmente un ciborg? A pesar de su nombre, efectivamente lo es Robocop. Crean una máquina, un robot, que necesita de un cerebro orgánico para ciertas funciones. Y entonces ese cerebro reciclado y presumiblemente con la memoria borrada empieza a recordar. La parte orgánica que son los restos de Murphy simplemente no pueden existir sin el sistema robótico en el que lo han instalado y ese cuerpo igualmente necesita de la parte orgánica para ser más que un robot. Darth Vader también entraría en la categoría ciborg.

Así pues, el terminator T-101 de la serie 800, no es un ciborg, sino un robot, o más concretamente un androide al replicar apariencia y características humanas. Como igualmente lo habría sido el terminator de aquella serie 600 que mencionan en la primera película y que había tenido la piel de goma.

Quizás alguien pueda pensar que en este artículo he escrito sobre algo que es obvio. A mi también me lo parece. Pero tenía que exorcizar el TOC que me ha dado cuando precisamente he visto esta discusión en las redes.Y que en las propias películas de la saga Terminator lo definan como organismo cibernético no ayuda.

 




miércoles, 29 de marzo de 2023

Reflexiones sobre este blog

Siempre he sido una persona a la que el mundo le ha parecido terriblemente complicado (para lo que podría y debería ser). Eso me hizo muy indeciso, de sopesar mucho - a veces demasiado - los pros y los contras, de fijarme en detalles que para otros no eran relevantes. Mi propia persona se vio en ocasiones juzgada con ligereza, con superficialidad, de manera injusta. Y creo eso fue eso lo que me hizo extrapolar, y entender que las cosas suelen ser complejas, llenas de matices, de ambigüedades, en un mundo que prefiere que todo sea simple, blanco o negro, bueno o malo, estás conmigo o contra mí. Ese ha sido mi gran pecado muchas veces, el quedarme en la encrucijada en vez de haber tomado una postura que satisficiera a unos u otros. Y uno acaba encontrándose en un fuego cruzado.

Eso fue una de las cosas que desde el principio me llevó a escribir este blog. Esa actitud radical de la gente. Recuerdo que decía que el Superman (Man of Steel) de Zack Snyder no era Superman... y automáticamente se me tachaba de nostálgico del Superman de Reeve. Para esas personas no había otra opción: Henry Cavill o Christopher Reeve, conmigo o contra mí. Por un lado me era arduo extenderme para defender mi postura en una discusión en facebook o en un twitter, máxime cuando al tratarse de conversaciones abiertas acababan atacándome por todo tipo de frentes a la vez. Por otro lado, a veces la gente que parecía compartir mi punto de vista era tan radical como muchos de aquellos que tenían una opinión distinta. Con lo cual flaco favor hacían a mi discurso. Aquí en mi blog solo hay una voz, la mía, y lo que hay escrito lo he escrito yo. Puedo equivocarme y, sobre según que cosas, yo mismo podría haber cambiado de mi opinión desde que escribí tal o cual artículo. Pero en definitiva, esto da una imagen más limpia, con menos ruido, de lo que yo pienso. Que por cierto, por mucho que ame el Superman de Christopher Reeve, hay en el futuro de este blog un artículo en el que analizaré lo mucho que hay en sus películas que no funcionan para mí.

Desafortunadamente, todo esto de lo que hablaba, tiene un precio: hay gente a la que no le gusta mi opinión sobre que según que cosas, y que incluso ha dejado de intercambiar opiniones conmigo sobre otras que no tenían nada que ver. Lo siento mucho: yo nunca he dejado de hablar a alguien que aprecio, en mayor o menor medida, por sus ideas políticas, por ejemplo. Tampoco jamás me he empeñado en hablar de política con alguien que sabía que tenía unas posturas muy concretas según las cuales las mías podrían molestarle. A pesar de que yo si he pasado por eso. Porque hay gente que cree que tiene derecho a expresarse libremente de una forma radical sobre política aunque eso suponga pasar por encima de contertulios que igualmente pueden ser amigos que extraños. A mi eso me parece una falta de respeto, el exigir que alguien que conoces tenga que escucharte, por fuerza, unas opiniones políticas que están en las antípodas de las suyas.

Lamentablemente, la política está en todo o casi todo. Y cuando no es política en sí, son conflictos derivados de ver algo igualmente de una forma polarizada y radical. Me viene ahora a la cabeza los artículos que últimamente he escrito sobre los temas de inclusión como el de la adaptación live action de La Sirenita o el cambio de raza en personajes de Marvel y distintas series de televisión. Siempre he intentado dar argumentos, de manera pormenorizada, de por qué creo que es un error. Por un lado, para unos, todo se reduce a que si rechazas a un actor negro para un personaje, automáticamente eres racista, sin importar otros detalles que hay que tener en cuenta. Y por otro lado, gente que al igual que uno piensa que es un error, acaban esgrimiendo argumentos sin fundamento que no hacen sino hacer un flaco favor a aquellos que intentamos ser conciliadores, y empañando lo que tenemos que decir.

Particularmente creo que no puedo poner más de mi parte, no puedo ser más ecléctico e intentar conciliar las ideas. Creo que la verdad, a menudo, está en un punto intermedio que evidentemente no satisface a aquellos que no quieren ponerse de acuerdo. Eso me deja en una tierra de nadie, sin demasiados apoyos. No necesito ya que alguien esté de acuerdo al cien por cien con las cosas que planteo, no es necesario se esté de acuerdo conmigo en mis posturas, me conformo con que se entienda que raras veces las cosas son blancas o negras... excepto en las damas o el ajedrez donde solo hay caballos blancos y caballos negros. Aquí solo intento ofrecer Corceles Grises y que cada cual monte el que quiera.



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Las Gafas de Superman y su Identidad Secreta

Empecemos siendo claros y resaltando lo obvio: es imposible que una persona oculte su identidad con unas gafas. Ni con un antifaz ¿A alguien...