sábado, 19 de diciembre de 2020

The Mandalorian: Segunda Temporada

Mando y Grogu

Antes que nada avisar que este artículo contiene SPOILERS de toda la temporada. Y bueno, vamos al lio. Como ya comenté en el artículo que escribí con motivo de la primera temporada, me resultaba atractiva la idea de que esta serie fuera una especie de western centrado en este personaje que es el mandaloriano y que, con ello, se ampliara el Universo Star Wars más allá de lo que es el eje de la saga, es decir, los Skywalker, los Jedis, La Fuerza y demás. Y efectivamente, en aquella primera temporada, se supo hacer esto en gran medida y de una forma ejemplar, al tomar el trasfondo y elementos secundarios presentes en la trilogía original y expandiéndolos, enriqueciéndolos. Me refiero a escenarios, a personajes como los Jawas o los moradores de las arenas, a los modelos de droides… y tengo que volver a poner como ejemplo destacado lo que hicieron con el droide cazarrecompenzas IG-11.


Sin embargo, ya desde el principio, la trama general giraba en torno al pequeño “baby yoda”, cuyo nombre ha resultado ser Grogu, y sus habilidades en La Fuerza, y la temporada acababa con un episodio final en el que aparecían ciertos elementos que no eran de mi agrado, como este Moff Gideon portador de un sable de luz negro, que parecían augurar que volveríamos a lo de siempre… a los Jedis y a La Fuerza. Y debo insistir, todo lo que rodea a los Jedis y La Fuerza son mis elementos favoritos en la saga original, pero, por un lado, la serie se desarrolla en un momento en el que los Jedis, exceptuando a Luke, están presuntamente extintos, y, por otro lado, creo que sería enriquecedor conocer más del Universo de Star Wars al margen de La Fuerza. Dicho todo esto, a pesar de mis reticencias, esta segunda temporada me ha sorprendido gratamente.
 

Mando y los Moradores
Inusitado y bienvenido protagonismo de los moradores de las arenas.

Sigue siendo un western, con capítulos disfrutables por sí solos, y que expanden efectivamente el Universo Star Wars. Si, como ya dije, me encantó lo que hicieron en la primera temporada con el modelo de droide IG, en esta hacen lo propio con los dragones Krayt. Exageran algo, en mi opinión, con el tamaño de la criatura, pero hace comprensible que, en La Guerra de las Galaxias (1977), los moradores de las arenas huyeran al escuchar el rugido de imitación de Obi Wan sin tan siquiera ver a la criatura ¡se mueven bajo tierra! También es de agradecer el protagonismo y trasfondo que se les da a los moradores en ese capítulo.


Otra de las sorpresas de esta temporada ha sido el regreso de Boba Fett a quien la última vez que vimos, cronológicamente hablando, fue cayendo en las fauces del Sarlaac en El Retorno del Jedi (1983). Está vivo, no sabemos por qué ha perdido la armadura, y mientras la recupera lucha como un morador de las arenas. Detalle este último que me parece sumamente interesante y contribuye a darle nuevas dimensiones al personaje. Sí tengo que reconocer que no soy muy fan de lo que se hizo con él en la trilogía de precuelas, y que verle el rostro a Temuera Morrison no me entusiasma cuando el enigmático personaje siempre llevaba el casco puesto en la trilogía original, pero está bien. Tampoco me entusiasma que Mando se quite, cada vez más, el casco. Entiendo que los actores quieran que alguna vez se les vea el rostro y raro es que no exijan una cuota en pantalla aún mayor.

Mando y Boba Fett.

Sin embargo, hay algo que me parece interesante sobre el regreso de Boba Fett y es que si ya desde un principio existía la posibilidad de recuperarlo en esta serie ¿No habría sido lo suyo que hubiera sido el protagonista de la serie? ¿Que el mandaloriano del título hubiera sido Boba Fett y no este nuevo personaje que interpreta Pedro Pascal? ¿Quizás no habría sido creíble un vínculo entre Fett y el niño? Cuando he empezado a escribir este párrafo era simplemente porque estas dudas habían surgido en mi cabeza mientras veía la serie, pero cuanto más lo pienso más atractiva se me hace la idea. Eso sí, se habría complicado el encuentro que tiene lugar al final de esta temporada. En cualquier caso, la escena postcreditos nos anticipa que Boba Fett tendrá su propia serie el año que viene y no puedo evitar preguntarme si será la que por fin nos cuente historias completamente al margen de los Jedis y La Fuerza. Un apunte particular sobre dicha escena: creo que ha sido mala idea matar a Bib Fortuna.
 

¿Qué es lo que no me ha gustado de la temporada en sí? No demasiadas cosas, la verdad. Temía que el Moff Gideon fuera un villano sucedáneo de Siths y similares cuando al final “solo” es un alto mando, sin poderes de La Fuerza, pero que lleva este sable de luz negro. Y esto me hace reevaluar positivamente al personaje interpretado por Giancarlo Esposito. Particularmente el concepto del sable de luz negro no me gusta, obedece a esa idea generalizada que parece haber en todo aquello nuevo que se hace de Star Wars que consiste en coger algo que funcionaba en la trilogía original y hacerlo más grande, más fuerte o más chulo. Y lo mismo me pasa con los droides oscuros que conceptualmente me parecen de lo más pueril: droides de color negro, que siempre el negro mola más, con ojos rojos, e imparables cuan terminators. Tampoco me entusiasma la presencia de Ahsoka Tano, porque, al igual que el sable negro, procede de alguna serie de animación. Para aquellos para lo que Star Wars solo son las películas, lo que se ha hecho en imagen real, este personaje requiere de una presentación ya que de pronto nos está presentando a un nuevo Jedi cuando supuestamente Luke era el último ¿De dónde ha salido? ¿Dónde ha estado?

Giancarlo Esposito como el Moff Gideon
Giancarlo Esposito como el Moff Gideon.

Y finalmente vamos al estupendo final de temporada donde por fin nos encontramos con lo que la tercera trilogía de películas nos ha negado en gran parte: el retorno del Jedi, del Luke del final de la trilogía clásica, en una escena que, como no pocos hemos percibido, viene a ser el equivalente a la escena final de Darth Vader en Rogue One. Los tiempos han cambiado, y con ello el lenguaje cinematográfico y la espectacularidad en las escenas de acción y tanto Vader como Luke habían quedado algo ensombrecidos por las habilidades de los Jedis y Sith que aparecían en las precuelas, productos derivados y demás, hasta el punto que las nuevas generaciones con frecuencia los menospreciaban. Eran personajes que necesitaban ser reivindicados, que se recordara que son los grandes protagonistas y era necesario que se hiciera justamente como se hizo con Vader en Rogue One y como se ha hecho con Luke en The Mandalorian. Lo que les vemos hacer en pantalla no contrasta con lo que son en la trilogía clásica, con las habilidades que demuestran o la forma de luchar que tienen, y sin embargo la llevan más allá, demostrando que tienen un control absoluto del entorno cuando combaten, sin tener que recurrir a piruetas, volteretas y demás.

Luke con el rostro digital
El parecido con Mark Hamill es escaso, por no decir nulo.

Pero eso sí, si bien la aparición de Luke ha sido espectacular, hay algo en ella que para mi no ha funcionado y ha sido el CGI del rostro. Mientras se abría paso hasta el puente me preguntaba si habrían hecho como con Peter Cushing y Carrie Fisher y habrían puesto digitalmente la cara de Mark Hamill en otro actor o si habrían optado, como muchos fans sugerían, por usar al actor Sebastian Stan quien tiene cierto parecido con Hamill en aquella época. Y cuando por fin descubre su rostro me quedé en plan ¿Quién es este? ¿Qué actor han cogido para interpretar a Luke? Y durante toda escena estuve intentando reconocer si era un actor nuevo o era un CGI del rostro de Hamill, cosa que al final resultó ser. Y es que este CGI me ha parecido horrible y a mí particularmente me ha estropeado un poco la escena. Es peor que los que se hicieron con Fisher y Cushing, y podríamos intentar excusarlo con que el presupuesto en una serie de televisión no es el mismo que el de cine, pero eso hoy día ya no vale: estoy seguro que en muy poco tiempo vamos a volver a ver esta escena en Youtube, reconstruida por alguien con la tecnología del Deepfake, algo que está al alcance de cualquiera con un ordenador normalito, y quedará perfecta. Y eso es lo que no consigo explicarme, cómo el resultado original ha sido tan malo, cómo es posible que un producto de Lucasfilm, con efectos de ILM, no hayan dado la talla a estas alturas. Otro detalle, particularmente echo de menos a Salvador Vidal poníendole la voz en castellano que supongo que no habrán considerado adecuada ya por la edad. Aunque quizás no habría quedado tan mal.
 

¿Y qué nos depara el futuro de The Mandalorian? ¿Realmente hemos dicho adiós a baby Grogu? ¿Y hasta qué punto podrán funcionar dos series como The Mandalorian y El Libro de Fett con personajes tan similares? En fin, ya veremos.


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