viernes, 30 de julio de 2021

Masters of the Universe: Revelation

Skeletor contra He-Man
 

La verdad es que no tenía pensado escribir sobre esto porque la verdad es que a mí la serie me ha dejado igual. No me ha entusiasmado, pero tampoco la he odiado. Pero esto sí ha ocurrido con gran parte del público que la esperaba con expectación. Eso ha llevado a que haya numerosas discusiones en las redes sociales, incluyendo círculos en los que me muevo, con lo cual me ha apetecía dar mi punto de vista. Ni que decir tiene que habrá Spoilers. No lea el artículo si no ha visto la serie a no ser que no le importen.

Ante todo, he de aclarar por qué, a mí particularmente, me ha dado un tanto igual. Y es que, como ya he dicho en otros artículos dedicados a Masters del Universo en este blog, nunca he sido particularmente fan de la serie original de Filmation, de la cual esta serie se anunciaba más o menos como una especie de continuación “espiritual”. Como ya he comentado en esas otras ocasiones, descubrí Masters del Universo a través de las propias figuras, cuando salieron aquí en España, donde realmente la serie no llegó a emitirse* hasta principios de los 90s. Hasta entonces solo se podía encontrar en los videoclubs. De hecho, la primera vez que vi al Príncipe Adam fue cuando encontré la figura en una tienda y lo primero que pensé fue que se trataba de un bootleg de He-Man con colores raros, cosa habitual en ese tipo de figuras.

Cuando descubrí la serie, cinco o seis años después de tener las figuras, no me encontré con las historias que quizás yo si pude jugar, con aquello que me transmitían las ilustraciones de las cajas y los primeros minicomics, sino con otra cosa. No me importó, la verdad, mi momento con Masters del Universo había pasado. O eso creía yo.

He-Man sobre Battlecat
He-Man a lomos de Battlecat.

Entonces, que ahora esta nueva serie de Netflix, de tan solo cinco capítulos, no sea demasiado fiel al canon de Filmation, a pesar de que se prometiera como una continuación destinada a aquellos que disfrutaron de aquella otra cuando eran niños, a mí no me afectaba demasiado. Estos no son mis Masters del Universo como no lo fueron los de Filmation. Lo digo principalmente porque parte de las quejas son del tipo de que tal o cual personaje no habrían actuado de tal o cual manera. O de que si Preternia es tal o cual cosa. De hecho, en realidad, mi percepción inexperta es que, a día de hoy, el lore de Masters of the Universe es un batiburrillo de versiones, universos e incoherencias digno de la mismísima DC Comics. Está Filmation, hay un montón de comics, está la serie de los años 200X y hay todo un background fusionado en pos de la coherencia que se llevó a cabo como trasfondo para la serie de figuras Masters of the Universe Classics. Entonces creo que pontificar sobre el canon MOTU es cuando menos arriesgado. Sin embargo, el gran problema de la serie ha sido otro, y es el hecho de que el personaje principal, He-Man, está ausente durante gran parte de la misma, recayendo el protagonismo en el personaje de Teela.

En una de las primeras imágenes de la serie que pudimos ver aparecía un grupo formado por Teela, Evil Lynn, Roboto, Orko y una chica de raza negra llamada Andra. Y esto fue lo que puso en alerta a ciertos fans en un primer momento. Para empezar en dicho grupo los héroes masculinos se limitaban a Orko y a… ¿Roboto? Pero es que, además, la representación femenina en la línea de juguetes original era ya muy limitada con lo cual se hace especialmente evidente lo forzado del resto de la formación: tenemos a Teela como la heroína de Masters del Universo por excelencia (y porque no hay otra), pero entonces tenemos a Evil Lynn reconvertida en una improbable aliada y a esta Andra, personaje secundario reciclado. Este uso de Evil Lynn y Andra denota claramente el querer crear a toda costa un grupo femenino. Y el uso de Orko y Roboto el hecho de que no hay más personajes femeninos de los que tirar o bien un intento torpe de atenuar una posible lectura de “no necesitamos hombres”. ¿Algún problema con todo esto? No, en absoluto. Al menos a priori.

Orko, Andra, Teela, Roboto y Evil Lynn
Orko, Andra, Teela con un nuevo look, Roboto y Evil Lynn.

Me parece bien que se le quiera dar un mayor protagonismo a los personajes femeninos y mucho más que se creen nuevos personajes con el fin de dar cabida a una mayor diversidad de todo tipo. Por eso me parece bien la inclusión de Andra. Ya en un artículo anterior (La Polémica Marvel Inclusiva) me extendí al respecto de las pautas de inclusividad que se estaban dando en Marvel y DC. Recomiendo leer aquel artículo para entender mejor mi punto de vista, pero como resumen diré que no tengo ningún problema con la creación de nuevos personajes al servicio de la inclusividad. El problema lo tengo cuando en vez de crear nuevos personajes se cambian personajes ya existentes. Y depende de cuáles. Así que todo correcto. El problema viene con el protagonismo de este singular grupo.

En función de esta imagen y otras, lo que anticiparon con temor gran parte de los fans fue que He-Man quedaría en segundo plano y que todo el protagonismo recaería en Teela y su grupo debido a estas pautas de inclusividad. Kevin Smith, creador de la serie, salió al paso con las siguientes declaraciones:

“¿De verdad creeis que Mattel Television, quienes me han contratado y pagado, quiere hacer un puto programa de Masters of the Universe sin He-Man? Crezcan de una puta vez, tio. (...) Eso me dejó alucinado, un montón de gente diciendo: ‘Oh, lo huelo. Esto es un cebo y un cambio ‘”.

“Ha sido interesante ver quien es realmente un fan (…) Porque cualquiera que diga: ‘Oh, tio, no hay suficiente He-Man’ o algo así, no entiende el programa en el que lo basamos. Había episodios en los que perdió la espada y nunca se convirtió en He-Man. No era como si He-Man siempre hubiera salvado el día. Sus amigos lo ayudaron. Ese era el puto punto del programa”

Adam alza la espada pra inovcar el poder de Greyskull
Adam alza su espada para invocar el poder de Greyskull.

La verdad es que fue bastante convincente. Hasta que después en una promoción de la serie menciona lo siguiente:

“Cuando era niño veía He-Man y los Masters del Universo cuando volvía a casa desde la escuela. Desde 1981 hasta 1982 fue un ritual. Cuando eres un niño que va al colegio - yo tenía 11 o 12 años, iba de uniforme, no tenía ningún control sobre mi vida – sueñas con tener un poco de poder. Así que viendo He-Man y los Masters del Universo, con esa frase, la más popular de la serie, una de las más famosas líneas de dialogo de la cultura popular, “Por el poder de Grayskull, yo tengo el poder”, sentado ahí como un niño era como cumplir un deseo.”

Y resulta que la serie no se estrenó hasta 1983. Lo que en un principio podría haberse debido a un despiste. Pero entonces salieron nuevas pruebas, incluyendo algún video de hace años, donde el propio Kevin Smith decía que no había sido fan de He-Man. El problema no era la mentira en sí. A Smith siempre lo hemos visto como uno de nosotros, un friki, alguien que se ha criado con las mismas películas y comics que nosotros. No había ningún problema con que jamás hubiera sido fan de He-Man porque hubieramos apostado a que aún así habría hecho un producto digno. El problema era el hecho de mentir porque estaría traicionando la confianza de los fans. Y esto, claro está, supuso más leña al fuego.  

Creo que ya aquellas primeras declaraciones de Smith fueron desafortunadas. No parece muy razonable insultar a tu público objetivo. Menos aún cuestionar su calidad como fans, mientras estás vendiendo el programa como si fueras uno, para que luego se descubra que no es así. Y creo que ha sido esto lo que ha podido acabar convirtiéndolo en una gran bola de nieve que quizás se haya hecho más grande de lo que hubiera sido si se hubieran dejado claras las cosas desde un principio. Por ello igualmente creo complicado evaluar objetivamente hasta qué punto son desmesuradas las críticas. Es decir, hasta qué punto se han disparado como un acto de rebeldía como respuesta a Smith. Pero no creo tan difícil concluir si en el fondo es razonable el descontento.

Skeletor
Skeletor.


Y es que creo que habría que hacer un ejercicio de autocrítica: aunque las críticas negativas sean siempre más ruidosas, y no fueran más que las de una minoría, creo que tienen el suficiente peso como para plantearse si quizás al menos parte de ellas estén justificadas. Que quizás no. Pero hay que contemplar esa posibilidad. No son precisamente pocas, y en muchos casos vienen de gente que nos consta que aman Masters of the Universe. ¿Ninguno de ellos tienen nada de razón? Y mí me da que sí.

Ya desde antes que se estrenara la serie, y a pesar de los argumentos de Smith negando que se iba a dejar a He-Man de lado, ya consideraba probable que lo que los fans presagiaban pudiera ser cierto, que efectivamente He-Man quedaría en un segundo plano. Y efectivamente es algo que indiscutiblemente ocurre en la serie: a He-Man dejamos de verlo en el primer capítulo y ya no volvemos a verlo hasta el quinto y no como He-Man sino como Adam. Con la excepción de algún flashback.

Particularmente me lo tomé como muchos, incluyendo a Smith, planteaban. Es decir, He-Man sigue siendo el protagonista. Aún cuando no soy fan de la serie original de Filmation, conozco a los personajes, quienes son, sus relaciones y sé que He-Man es el protagonista. Así que vi la serie con eso en mente y no me pareció mal: un arco en el que He-Man pierde sus poderes y Teela tiene que ayudar a reestablecer el orden. Me pareció aceptable aunque la historia no fuera gran cosa. Y entonces, tras verla, me puse a reflexionar y me di cuenta que había visto la serie condicionado por unas premisas deudoras de mi conocimiento de la marca. Y la principal de ellas era esa: He-Man era el protagonista. ¿Pero realmente lo era?

Y aquí debo hacer un inciso en torno a algo que he leído mucho estos días y es que la serie se llama Masters of the Universe: Revelation en contraposición a la original de Filmation que se llamaba He-Man and the Masters of the Universe. Esto servía para excusar que los protagonistas eran los Masters del Universo en general, no necesariamente He-Man como uno de ellos. Pero esto en realidad no es así.

He-Man
He-Man.

La marca ya en su origen, las figuras que hoy llamamos vintage, se llamaba Masters of the Universe. Pero eso fue accidental, de hecho, fue un nombre improvisado para sustituir al original Lords of Power, que a su vez fue el nombre que crearon explícitamente porque no querían llamar a la serie con el nombre del personaje principal y que dio origen y fue motor de toda la línea: He-Man. Sin el nombre He-Man probablemente jamás habría existido toda la línea y eso es algo que se desprende de las declaraciones de los creadores del juguete que podemos ver en los documentales de Netflix.**

De hecho, en los 80s, muchos niños en vez de llamar a las figuras Masters del Universo o simplemente Masters, las llamaban He-Mans. Y por eso mismo la serie de Filmation se llamó He-Man y los Masters del Universo, porque la palabra que vendía la marca era He-Man. Y cuando salió la nueva serie de figuras, aquellas del espacio tipo G.I.Joe, directamente sobre el cartón llevaban impresa la palabra He-Man y ni siquiera aparecía Masters of the Universe.

Dicho todo esto, por si cabe alguna duda aún: He-Man es el protagonista indiscutible de cualquier cosa que se llame Masters of the Universe. Así de simple. Solo hay un personaje que puede hacerle sombra y es la otra cara de la moneda: Skeletor. Ya se sabe, son los grandes villanos los que hacen a los grandes héroes.

Y como decía más arriba así es como llegué yo a la serie. Y mientras otros se molestaban porque He-Man, el protagonista de la serie, no aparecía, esa misma firme convicción de que es el protagonista de Masters of the Universe es lo que me hacía pensar que todo estaba bien, que simplemente era un arco en el que Teela tenía más presencia. Y entonces, tras vela entera, reflexionando, me hice una pregunta clave ¿Y si yo no supiera nada sobre Masters of the Universe? Si yo no supiera nada de Masters of the Universe la serie de Netflix va sobre esto:

“Una chica a la que ascienden como militar el mismo día que descubre que su mejor amigo era en realidad un héroe, con quien ha luchado codo con codo en numerosas ocasiones, y que se acaba de sacrificar por todos los demás. Todos sabían lo de la identidad secreta de este chico, pero nadie se lo dijo, así que se siente traicionada. Tiempo después recurren a ella para que vuelva a restablecer el orden en el lugar y para ello tendrá que reconciliarse con aquellas personas con las cuales rompió relaciones.”

Teela
Teela, la protagonista de Masters of the Universe: Revelation.

Pues oye… que a lo mejor el protagonista de todo esto no va a ser He-Man sino Teela. Si esto hubiera ocurrido entre los episodios quince y veinte de una serie de ventiseis, protagonizados todos los demás por He-Man, pues... “vale… aceptamos arco”. Pero es una temporada de tan solo 5 episodios en 4 de los cuales no hay He-Man. Ni mucho Skeletor tampoco ¿Hemos dicho que era el único personaje capaz de hacerle sombra? Tampoco hay mucho de los demás Masters. Las apariciones de algunos de los más queridos como Trap Jaw o Merman son meramente anecdóticas… cuando no degradantes. Y se supone que para muchos debía ser el reencuentro con He-Man y los Masters del Universo tras casi cuarenta años ¿Realmente era buena idea empezar la casa por ahí? ¿Podemos decir que las críticas negativas no tienen una base justificada? ¿Cual era el problema de darle a los fans justamente lo que estaba claro que iban a querer? ¿Realmente a alguien se le escapaba que esta reacción iba a darse? ¿Realmente se le escapaba a Kevin Smith, quien mejor que nadie ha demostrado en sus películas, una y otra vez, conocer al fandom friki en general? Especialmente esto último es lo que no entiendo.

No puedo evitar recordar lo que Kevin Smith cuenta con humor sobre cuando estuvo involucrado en el proyecto de Superman Lives, y de cómo, con cierto estupor, escuchó del productor Joe Peters que no quería que Superman llevara su traje ni que volara, entre otras cosas a cual mas absurda. Ahora no puedo evitar pensar en Kevin Smith escuando a un Joe Peters diciéndole que no quiere a He-Man en la serie de He-Man... solo que quizás - o quizás no - esta vez ese Joe Peters es el propio Kevin Smith.

Estaba claro que esta reacción adversa, ante lo que proponía, se iba a dar. Lo que no tiene sentido es que se indigne con la reacción de un público al que supuestamente conoce tan bien. ¿Que ha pasado aquí? ¿Formaba parte de una estrategia para que la gente hablara de la serie a causa de la polémica? ¿Era necesario? ¿Y le valía la pena a Smith arriesgar su reputación con todo esto? Lo irónico es que hay declaraciones del propio Smith al respecto:

"[Biaselli está] en plan "deseo ver la serie que pensaba que veía de pequeño. Eso es lo que busco, la misma serie pero que la gente pueda morir. ¿Lo puedes hacer?" Y yo en plan "Es lo único que puedo hacer."

"En serio, si hubiera sido algo fuera de eso —si fuese en plan "queremos que reinventes esto para los tiempos de hoy en día— me hubiese ahuyentado creativamente, porque no soy tan inventivo. Además, porque sé cómo reacciona una base de fans cuando no reciben la cosa que crecieron viendo. ¿Crees que voy a ser la cabeza de turco de eso? Si estoy involucrado en algo, va a ser auténtico a lo que es. Va a ser auténtico a la franquicia."

Beastman
Beastman

Si precisamente de algo se resiente la película de imagen real de 1987 es de las diferencias respecto a los dibujos y los juguetes: la acción transcurre en lugar que no es Eternia (La Tierra), los pocos personajes de la marca se parecen muy poco visualmente (Teela, Beastman...) y se crearon otros nuevos en vez de añadir los personajes que ya existían y la gente querría haber visto (Stratos, Merman, Trap Jaw...). Es lógico que mucha gente no esté plenamente satisfecha con aquella película. En esta serie hacen todo eso y además te quitan a He-Man y a Skeletor... ¿Por qué no iba a estar molesta la gente?

En fin, dejando de lado todo esto, analizándola objetivamente, a mí por ahora me ha dejado tal cual. Todo esto no ha sido otra cosa que reflexiones sobre si es justificado o no el enfado que está teniendo tanta gente. Lo que si siento es que me quedo un poco fuera del juego. Siendo fan de las figuras, no de la serie de Filmation, no tengo claro como debería evaluarla yo personalmente. A pesar de lo cual hay ciertas cosas que me chirrían en el primer episodio y que me hacen considerar su argumento un tanto... tonto.

Y es que Skeletor consigue engañar a la Hechicera con un plan que no es en absoluto más sofisticado que aquellos que llevaba a cabo en la serie de Filmation y que tantas veces le salían mal. No se entiende muy bien por qué He-Man tendría que llevar a Clawful y Spikor a Greyskull. Tampoco lo alegremente que la Hechiera abre sus puertas sabiendo que las hordas del mal siempre están deseando hacerse con el castillo. Y da la sensación de que, una vez traspasado el portal principal, solo hay un par de estancias con las puertas abiertas de par en par. Y el castillo no tiene más defensa que le permita proteger aquello que hay en su interior. A eso le sumamos que Skeletor fulmina con sorprendente facilidad a Mossman y que a su vez He-Man no duda en atravesarlo como nunca habría hecho antes. Y por si fuera poco lo oportuno que es que casualmente Skeletor acabe justo en el lugar adecuado para que la espada que le atraviesa abra la puerta de la cámara esta que contiene el orbe. ¿Y cómo es que no habían caído otros Masters antes? ¿Cómo es que He-Man no había ejecutado a Skeletor en alguna otra ocasión? Todo en ese episodio me ha parecido tan absurdo… Y sobre el Skeletor del capítulo final, a mi me recuerda a cuando a Goku le dan una nueva transformación y no saben como refolejar ese aumento de poder si no es con un nuevo diseño extravagante.

En fin, dije que no había pensando hablar sobre esto y, a lo tonto, me harté de escrbir.

Nota:
Este artículo fue escrito el lunes 26 de Julio y programada su publicación para el dia 30. Cosas que lei durante la semana me hicieron reescribir algunas partes pero me vi privado de acceso a la red y por tanto no pude actualizar el artículo hasta hoy día 31, tras ser publicado.

* Posiblemente sí se emitió en algunos canales autonómicos.
** The Toys That Made Us: Masters of the Universe y Power of Greyskull.


sábado, 24 de julio de 2021

Drácula de Coppola

El viejo Conde Drácula

Con este Drácula de Coppola, titulado Drácula de Bram Stoker, me ocurre un poco lo mismo que con Sleepy Hollow: es una película que ya he visto muchas veces y que, de vez en cuando, vuelvo a visionar porque quiero conectar con ella. Y no lo consigo.

El problema me viene de la novela de Stoker. Está escrita en forma de cartas y anotaciones de los diarios de los distintos personajes. Con lo cual la narración se sirve fragmentada. De esta manera, el lector tiene conocimiento de los hechos de la manera que lo sería alguien que hubiera encontrado estos escritos. Sin embargo, al cambiar de medio, del literario al cinematográfico, el espectador ya no es testigo de los acontecimientos de manera diferida a través de los escritos de terceros, sino que estos ocurren directamente ante sus ojos. Como película, el formato original de la historia resulta artificioso y abrupto. Le falta fluidez, que la narración transcurra de manera orgánica.

Y no es ya solo el formato original de la novela, sino el hecho de tener que condensar el contenido de la novela en un metraje tan limitado como el que puede ser el de una película, aun cuando en este caso dura unos 130 min.

El Principe Vlad en Londres
Drácula como el Principe en Londres.

En general, las escenas parecen recortes, que se destacan por mostrar lo que se ha hecho más icónico de ellas gracias a otras versiones. O por el diseño de vestuario. O por la fotografía. Todo ello en detrimento de lo esencial, de que realmente nos esté contando qué está pasando. Algo que quizás pasa algo desapercibido precisamente al apoyarse en el conocimiento previo de la obra por parte del espectador. El caso es que las escenas en general parecen apresuradas, centradas en una frase que se debe decir, o una situación que se debe mostrar, antes de saltar a la siguiente escena.

En este aspecto hay una en concreto, que sobresale, que no tengo claro si tachar de cómica o directamente ridícula. Se trata de aquella en la que se nos presenta a los tres pretendientes de Lucy. Es una escena que transcurre en una especie de fiesta. Entonces llega el primero de ellos y Lucy hace algún comentario jocoso sobre él a Mina, para que inmediatamente haga acto de presencia el segundo, Lucy haga lo propio, y entonces llegue el tercero. Todo es apresurado en esa escena, como si hubiera que despacharla rápido para dar paso a la siguiente. Y por ello carece de contextualización: no sabemos exactamente qué fiesta es, por qué están allí, ni quiénes son los anfitriones. En teoría se trata de la casa de los Westenra, los padres de Lucy, a quienes ni tan siquiera se nos presenta. Y, como digo, siendo este el caso más llamativo, en realidad toda la película adolece de esta factura.

Mina y el Primcipe Vlad
Mina y el Principe en Londres.
 

Además, Coppola intenta darle un trasfondo de romanticismo a Drácula, añadiendo una parte de la historia, un romance con Mina, con base en el personaje histórico real de Vlad el Empalador. En principio el personaje se presta a ello ya que en la novela nunca conocemos su punto de vista, no hay cartas o diarios escritos por Drácula. Sin embargo, esto a su vez juega en contra de la idea de Coppola ya que en la novela Drácula es simplemente el monstruo. Poco más que un animal, como el Tiburón (1975) de Spielberg, el Alien (1979) de Ridley Scott o el Terminator (1984) de James Cameron. Es muy difícil conciliar las motivaciones del Drácula romántico que pretende Coppola con el Drácula animal: si pretendes conquistar a una dama… no te comas a su mejor amiga. Está feo.

A todo esto, le añadiría el pomposo lenguaje romántico… por no decir empalagoso, de los que los personajes hacen uso en la novela. En esta, al estar escrito todo de primera mano por los propios personajes, el lector acaba aceptando pronto que los personajes hablen así. En cambio, en la película, al perder el grueso de toda esa narración porque lo estamos viendo, cuando algo de este lenguaje aparece en alguno de los diálogos suena chocante, como por ejemplo en la familiaridad con la que Abraham Van Helsing habla con Mina sin apenas conocerla.

Drácula como Vlad
El Principe Vlad y Elisabetta


Y es una pena porque en general la factura de la película es excelente. La fotografía, el diseño de vestuario, la música, las interpretaciones... Cuando el guión les da para ello. Porque hay actores como Cary Elwes (La Princesa Prometida, 1987) muy desaprovechados. Y particularmente cuando pienso en Mina Murray siempre me viene a la cabeza la versión de Winona Ryder. Quien por cierto, a pesar de no ser acreditada como productora, fue la primera y principal impulsora de la película, ofreciéndole a Coppola la dirección y sugiriendo a Keanu Reeves y a Gary Oldman para sus respectivos papeles. 

Creo que es una película que se habría beneficiado de un metraje notablemente superior, en el cual las escenas, en vez de encorsetar los diálogos, hubieran efectivamente narrado realmente lo que acontece en ellas. Incluso se habría visto beneficiada si se hubieran contado de manera explícita cosas que en la novela realmente ni siquiera se nos cuenta con detalle, como el viaje de Drácula en el Demeter. Siempre en mi opinión, este es un caso, por la forma en la que está escrita la novela, que exige que un buen guionista sepa cubrir los huecos, que sepa adaptar a un formato totalmente distinto, y que el director sea consciente de cuando eso no ocurre. Y estamos hablando del director de El Padrino (1972). Me es complicado entender que pasó aquí, pero a mí, al menos, la película no me parece satisfactoria. Quizás la próxima vez que vea.



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