lunes, 25 de marzo de 2019

Love, Death & Robots



Se trata de una serie compuesta por 18 cortometrajes de entre seis y diecisiete minutos rodados con diferentes técnicas de animación. Muchas de las historias son de ciencia ficción, pero también hay otras de género fantástico o de terror. También hay sexo y violencia explícita. Y es la serie del momento. Todo el mundo está hablando de ella. Particularmente la descubrí gracias a un amigo que me pasó el enlace de un artículo hablando sobre la serie. Dicho artículo empezaba definiéndola como “mejor que Rick & Morty” y casi tan buena como Black Mirror. ¿Pero por qué se la compara con estas dos series?

No soy un gran fan de Rick & Morty (2013-2017). He empezado a verla hace un par de semanas y solo he visto las dos primeras temporadas hasta ahora. No es una serie que me entusiasme, pero hay algo que tengo que reconocerle especialmente y es un amplio dominio de las temáticas recurrentes de la ciencia ficción. Eso y que se atreve a decir según qué cosas sin tapujos. Dicho esto… ¿Son comparables Love Death & Robots con Rick & Morty? Pues no. No tienen nada que ver. Además, a pesar de lo que podamos creer en principio - yo lo hice - Love Death & Robots no es una serie de ciencia ficción. Una gran parte de los cortos lo son, otros no y otros son pseudo ciencia ficción. Además, el tono es muy diferente, no se pueden realmente comparar, pero si tuviera que responder a si efectivamente Love Death & Robots es mejor que Rick & Morty en función de lo que aporta de nuevo mi respuesta es no.

La Testigo, en mi opinión el mejor de los cortos de Love Death & Robots.

La comparación con Black Mirror (2011-2018) la estoy viendo por todas partes hasta tal punto que no puedo evitar sospechar que forma parte de la campaña de promoción que se le ha hecho a la serie. Porque es que además Black Mirror si es una serie de ciencia ficción, de ciencia ficción a la vuelta de la esquina. Particularmente me parecería más correcto comparar Love Death & Robots con La Dimensión Desconocida (The Twilight Zone)* en la cual había tanto historias de ciencia ficción como otras en las cuales no había una explicación racional, simplemente ocurrían cosas extrañas. Pero claro… ¿quién conoce hoy día La Dimensión Desconocida? No tenemos memoria. Y menos hoy día con la saturación de ficción televisa que tenemos. Si quieres llamar la atención del público actual en general tienes que aludir a lo mas reciente. Y más aún si, además, como es el caso, es de la misma cadena, es normal la mención a Black Mirror como vehículo de promoción. Pero insisto, nada que ver. Además, si lo que vamos a comparar es el formato, el de colección de cortos y nos empeñamos en acudir a la ciencia ficción, habría sido mas apropiado hablar de Heavy Metal (1981), Robot Carnival (1987) y Animatrix (2003). Es decir, nada nuevo, que no hayamos visto antes.

Así pues, centrándonos ya en el contenido de la serie, he de decir que en general me ha resultado mediocre. Y es que, si dejamos a un lado el apartado técnico que le da a la serie un acabado impecable y nos centramos en lo realmente importante, en lo que nos cuenta y en cómo nos lo cuenta, realmente en general hay poco que rascar. Algunas historias son interesantes si, muchas otras se dejan ver sin más, y otras son simplemente insulsas. Sobresaliente creo que realmente ninguna. Es posible que, en algunos casos, especialmente en aquellas historias que cuentan con una animación CGI que se limita a hacer que los personajes casi parezcan personas reales, el espectador quede deslumbrado hoy día por un apartado técnico que tiene fecha de caducidad. Además, creo que algunos de los cortos no aprovechan bien el formato porque en vez de encontrarte con una pequeña historia lo que te encuentras es un fragmento de historia descontextualizado.

Zima Blue, una historia muy Asimov.


A continuación, haré una breve reseña de los episodios, y por tanto habrá SPOILERS, con lo cual es el momento de dejar de leer si no se ha visto ya la serie.

1 - La ventaja de Sonnie
De los más interesantes por su giro final. Nada realmente nuevo pero interesante. Y una de las razones para no leer esta reseña sin haber visto el episodio antes. Supe lo que iba a pasar precisamente por leer una reseña así.  Pero yo os he avisado de que habría spoilers.

2 - Tres robots

Siempre mola ver robots. Pero empiezan a hablar sobre el pasado y empiezas a ver incoherencias en su conocimiento sobre los seres humanos. El chiste que supone el absurdo giro final puede parecerte gracioso… o no.

3 - La testigo (yo lo habría traducido como “Testigo” solamente)
Por desgracia fue el primero que vi y me hizo tener unas expectativas altas sobre la serie que luego no se cumplieron. Visualmente interesante. Pensé que sabía cómo iba a acabar, pero no acababa de convencerme porque no tendría mucho sentido ya que el tipo siempre sería consciente de lo que iba a pasar a continuación si vivía una y otra vez lo mismo. Por suerte ese no fue el final, ganando en coherencia con la alternancia de la situación de los dos personajes. Aun así, ni hay respuesta a por qué ocurre ni creo que sea necesaria darla en este caso. Para mí, el mejor de todos.

4 - Trajes
Una historia de granjeros espaciales. Bonita estética. Se deja ver y no tiene vuelta de tuerca final a no ser que entendamos como tal el hecho de ver que la acción no transcurre en la Tierra. Lo cual realmente es indiferente.

5 - Devorador de almas
Supuestamente una historia de vampiros. Que en realidad acaba convirtiéndose en otra cosa. Tenemos en un principio una excavación en la tumba del mismísimo Drácula con una advertencia sobre el peligro que entraña profanarla. Pero después resulta que Drácula es una especie de monstruo gigante y que ni siquiera es el único con lo cual no queda muy claro que tuviera su propia cámara. Bastante insulsa y no le veo mucho sentido a usar un personaje como Drácula o el concepto de vampiros para lo que al final acabamos viendo.

6 - Yogur al poder
Una historia absurda. A algunos les resulta divertida, a mí no me lo parece.

7 - Más allá de Aquila
La primera de las historias con personajes que parecen personas reales. Interesante el giro final. No el hecho de que todo sea una ilusión creada por esta “araña” monstruosa en su “telaraña” sino el que, a pesar de su aspecto, parece que realmente actúa movida por buenas intenciones. Por lo que vemos, parecer ser que la criatura se apiada e intenta hacer más llevadero lo que les queda de vida a aquellos viajeros perdidos que, sin posibilidad de volver, acaban llegando hasta ella.

8 - Buena caza
Historia interesante, que se deja ver, aunque quizás un tanto apresurada. Quizás lo suyo habría sido que con esta idea se hiciera un largometraje.

9 - Vertedero
Historia en la línea típica de La Dimensión Desconocida. Se deja ver. Sin más.

10 - Metamorfosis (yo habría respetado la traducción literal “Cambiaformas”)
Me encantan los hombres lobo. Pero es como ver un fragmento de una película. No hay un principio ni un final. Te dejan a medias y te quedas insatisfecho.

11 - Mano amiga
Me hace recordar Gravity (2013) de Alfonso Cuarón. Una astronauta en apuros. Ni siquiera es ciencia ficción o fantasía.

12 - Noche de criaturas marinas
Me ha gustado. Una de esas historias que no necesitan explicación en la línea de La Dimensión Desconocida.

13 - Afortunados 13
No me ha encantado, pero entiendo que es una historia que puede gustar. Especialmente a aquellos quienes gusten del cine bélico o ambientación militar.

14 - Zima Blue
El tipo de historia de robots que escribía Isaac Asimov y que uno espera ver en una antología de cortos de robots. Aunque tampoco es para tirar cohetes.

15 - Punto ciego
Una historia de robots que intentan robar un chip que es transportado en una especie de tren. Simplona.

16 - La edad del hielo
Otra historia tipo La Dimensión Desconocida. Algo que simplemente ocurre, sin ninguna explicación. Además, este corto es principalmente imagen real. Se deja ver porque es cortito.

17 - Historias alternativas
Ver morir a un joven Hitler de formas absurdas y sin la menor coherencia en seis distintas líneas alternativas. Supuestamente divertido.

18 - La Guerra Secreta
Soldados rusos en una contienda particular alejados del conflicto con Alemania. En concreto han de enfrentarse a unos demonios que fueron invocados en un principio para que ayudaran al bando rojo pero las cosas no salieron como esperaban. Soldados contra bichos.

Enlace a la Reseña de la Segunda Temporada

viernes, 15 de marzo de 2019

HeroQuest, el Juego de Fantasía Heroica



Ya en el artículo sobre Masters del Universo comenté que uno de los anuncios de juguetes que más me había impactado cuando era niño fue el de HeroQuest, un juego de mesa editado por MB en colaboración con la empresa de miniaturas Games Workshop. El juego estaba inspirado en los juegos de rol y por tanto creo que es necesario, por si alguien no lo sabe, explicar qué son: los juegos de rol son juegos donde uno de los jugadores, al que se suele llamar “el master”, se encarga de dirigir una aventura a base de narrar lo que va aconteciendo a una serie de personajes, cada uno con unas características predefinidas, que son interpretados por el resto de los jugadores. Estos deciden en todo momento qué harán sus personajes ante las situaciones que se van sucediendo y se determina el éxito de sus acciones a base de tiradas de dados según las reglas del juego en cuestión. Así pues, en general, lo que hace falta para jugar a un juego de rol, son los manuales de reglas de ese determinado juego, dados y papel y lápiz para hacer anotaciones puntuales. Y poco más. Todo transcurre en la imaginación de los jugadores. El primer juego de rol y el más conocido es Dungeons & Dragons (Dragones y Mazmorras).

Los Héroes de HeroQuest: el Enano, el Elfo, el Mago y el Bárbaro.

Y es en los juegos de rol como Dungeons & Dragons, que transcurren en mundos de fantasía de espada y brujería, en los que se inspiraba HeroQuest. Pero HeroQuest no era un juego de rol, era un juego de mesa que tomaba elementos de los juegos de rol. Y de esta manera, efectivamente, entre los componentes del juego teníamos, aparte de los dados, un tablero, cartas, etc. Componentes típicos de los juegos de mesa de aquella época. Pero había algo más: un montón de figuritas.

La Gárgola, el Brujo del Caos y uno de los cuatro Guerreros del Caos

En ese aspecto, en cierto modo, HeroQuest tenía algo de juguete, de playset de figuras de acción. Los “peones” que se movían por el tablero no eran los típicos pivotes de colores como en tantos juegos, o representaciones simbólicas como en el caso de los bustos de detectives de los juegos de Cefa, sino que eran pequeñas figuras representado a los héroes y monstruos de los pies a la cabeza. Igualmente, el atípico tablero, que estaba dividido en secciones a modo de habitaciones, no tenía una configuración predefinida que estableciera por donde tendrían que ir los personajes, sino que para cada aventura de las que venían en un librito, se establecía en el mismo donde estaban las puertas, el mobiliario, trampas, puertas secretas, tesoros, etc. De esta manera el escenario de juego siempre era diferente. Y esa fue la magia de HeroQuest, que todo eso que pasaba en la imaginación en los juegos de rol, lo tenías físicamente delante, las mazmorras, los héroes y monstruos “moviéndose” por los pasillos, etc.

Parte trasera de la caja (es de la edición alemana pero la española era igual)

Mis principales referentes en cuanto al género de espada y brujería hasta aquel momento habían sido principalmente la película El Señor de las Bestias (1982), los juguetes de Masters del Universo, los dibujos animados de Dragones y Mazmorras (1983) y, especialmente, los libros de Dungeons & Dragons tipo Elige tu Propia Aventura de Timun Mas. Ya en aquellos libros había anuncios de una temprana edición del juego de rol de Dungeons & Dragons pero nunca lo vi en ninguna tienda y no fue hasta varios años después que no me acerqué por primera vez a los juegos de rol. Volviendo a HeroQuest, lo que vi en aquel anuncio me encantó. Y me cogió justo en esa edad en la que todo el mundo te daba a entender que ya eras demasiado mayor para jugar con juguetes. Me había desprendido de muchos de ellos si no todos y entonces apareció HeroQuest y yo aquellas navidades preguntándome “¿Cómo digo ahora que lo que quiero por Reyes es un juego que trae más de treinta… “muñequitos”? Estimo que tenía unos 14 o 15 años, y a día de hoy me resulta gracioso pensar en el pudor que sentí por algún tiempo a volver a acercarme a cosas que alguien pudiera etiquetar de infantiles.

El resto de los monstruos: Fimir (3) Esqueleto (2) Orco (8) Zombi (2) Goblin (6) y Momia (2)
Son los que se repitieron en las dos primeras expansiones.
  
Me lo trajeron los Reyes, incluso fui yo mismo a por él* y como cualquiera que decide confiar en un producto nuevo pagué las consecuencias: unos años más tarde salió una edición ligeramente ampliada, aunque por suerte la ampliación no era a mis ojos excesivamente importante y probablemente aquella edición resultó algo más cara. Me encantó el juego, sus miniaturas, el concepto del tablero, etc. y jugué partidas cuando pude convencer a alguien para que jugara a aquello, pero la verdad es que no demasiadas, y quizás por ello fue que no puse especial empeño en aquella época en conseguir las expansiones que sacaron. Y es una pena porque llegaron a estar de saldo en algún hipermercado.

Durante un tiempo me dio por intentar aprender a pintar miniaturas y algunas de las figuras sufrieron esa suerte, incluso mutilaciones intentando modificarlas para que no fueran iguales todas las de un mismo tipo. Finalmente, hace unos años, decidí restaurar el juego a su estado original, así que compré a través de internet las piezas que había estropeado. En realidad, alguna no estaba tan estropeada pero ahora tengo muy claro que particularmente no me gusta pintar miniaturas de juegos, me gusta conservarlas tal cual. También aproveché para hacerme con las dos primeras expansiones que salieron, La Torre de Kellar y El Retorno del Lord Brujo, que no resultaron demasiado caras ya que las figuras que traían eran más de las mismas que originalmente traía el propio juego así que eran muy fáciles de encontrar. No pude hacerme, en cambio, con las dos expansiones siguientes, Los Hechiceros de Morcar y Contra la Horda de Ogros, porque al tener miniaturas nuevas, y por tanto escasas, el precio se disparaba. ¡Cómo me gustaría echarles mano a esas dos expansiones!

Los ogros de Contra la Horda de Ogros. De la roja había cuatro, las otras eran únicas.
 
Desde aquella época he jugado a distintos juegos de rol, pero a día de hoy sigo prefiriendo el tipo de juego de mesa al que abrió paso HeroQuest, juegos de mesa con montones de figuritas, de “muñequitos”, de diversas temáticas, pero con sus figuras. También los prefiero cuando el tablero tiene una escala acorde a las figuras en vez de tener casillas que representan en vez de una losa, todo un edificio, por ejemplo. Aunque depende del juego, de la temática, etc. Por ejemplo, tengo un juego, A Touch of Evil, que es uno de estos juegos en los que hay casillas que representan localizaciones, sin embargo, el tablero es una preciosidad, representando un pueblo tipo Sleeppy Hollow (es la inspiración clara) o Salem y cuyas localizaciones representan el típico molino o el puente techado. No habría sido posible un tablero de otra forma. Por cierto, es un juego en el que precisamente eché de menos que, aunque los héroes tuvieran sus figuritas, los monstruos enemigos no.

Volviendo a Heroquest, hoy día puede pecar de ser un juego simplón. De hecho cuando salió poco después para el mercado americano se hicieron correcciones en las reglas para aumentar un poco su dificultad. Además, la versión española tenía alguna que otra errata. A pesar de todo, para los que lo tuvimos en su momento, no ha perdido un ápice de su encanto. Y hay algunas webs de fans en las que se pueden encontrar modificaciones de reglas, nuevos personajes, etc. En concreto si hay una web  destacable para España es heroquest.es. Otra fuente de material muy interesante es yeoldeinn.com, una web donde se recoge información y material escaneado de todas las versiones que salieron de Heroquest por todo el mundo.

Por cierto os dejo enlance al anuncio de TV. Quizás a día de hoy no sea gran cosa pero en aquella época no había ningún juego ni remontamente parecido. Quizás lo mas cercano podían ser juegos del tipo Imperio Cobra, con sus Hombres-Cobra impresos en cartón y con sus peones en forma de bustos de colores.


 
* Y lo mismo eso me salvó de que los Reyes se equivocaran y me trajeran aquella copia pirata llamada Herocult que le trajeron a otros niños... Ya se sabe, los Reyes se lían con estas cosas.

viernes, 8 de marzo de 2019

El Poder de Grayskull: 35 Aniversario de He-Man

 

Ya en alguna ocasión como días de Navidad o Reyes me había planteado publicar alguna entrada hablando sobre los juguetes de mi infancia aunque al final nunca he acabado por hacerlo. La cosa es que se cumplen 35 años de la llegada de Masters del Universo a España, y parecía una buena ocasión para empezar el contribuir al evento que están llevando a cabo a lo largo de este mes los amigos de Yo tengo el Poder: la historia de los Masters del Universo en España.*

Los juguetes que con más cariño recuerdo de mi infancia fueron los juegos de mesa de Cefa, las figuritas tipo Dunkin que venían en los pastelitos de Cropan y similares, algunos Airgam-Boys y, sobre todo, el juguete que considero que fue con el que mas disfruté, fueron los clicks de Famobil y Playmobil. También hubo un Darth Vader de Kenner, algo de Exin Castillos y de Tente y hasta un Madelman, entre otras muchas cosas sueltas. Insisto, el juguete que más marcó mi infancia fue Playmobil. Pero entonces llegó Masters del Universo que, aunque se quedaría en el segundo puesto de mi ranking, sin duda marcó una parte de mi infancia.

Y es que de los anuncios de juguetes que debí ver de pequeño, solo recuerdo que me impactaran especialmente dos de ellos y uno fue precisamente el primer anuncio de Masters del Universo (el otro, años más tarde, el de Heroquest). Aquellas figuras eran diferentes a las que habíamos conocido hasta entonces. Los personajes realmente tenían el aspecto de ser héroes poderosos, épicos, mitológicos, algo que desde luego no te transmitía un Click, un Airgam Boy o un Madelman, aunque fuera vestido de Superman**. Y estaba esa ambientación en general de fantasía heroica que los anuncios te transmitían. En aquella época no había visto las películas de Conan pero si El Señor de las Bestias (1982), la cual, por cierto, aún prefiero, y en general estaba familiarizado con el género. Lo que aquellas figuras evocaban, ese tipo de fantasía, resultaba simplemente fascinante. Y el castillo era tan… increíble.

Mi primer Master del Universo fue uno como este, Merman
 
He-Man, por ser el personaje protagonista, el héroe, era una figura que debía de tener. Pero tendría que esperar. Y es que desde pequeño los que siempre me han encantado han sido los personajes más fantásticos, los monstruos y cosas así, con lo cual, la primera vez que vi las figuras en una tienda, los ojos se me fueron detrás de los personajes más extraños: Stratos, Mer-Man y Beast Man. Y por supuesto Skeletor. Tuve que esperar hasta mi cumpleaños, o quizás mi santo, y entonces llegó mi primer Master, Mer-Man. El concepto del hombre anfibio, de La Criatura de la Laguna Negra (1954), me resultaba fascinante así que me decidí por él. Me gustó mucho jugar con aquella figura. No sé, por alguna razón, recuerdo particularmente lo extraño que me pareció que la cabeza fuera de goma.

He-Man y Skeletor, el bueno y el malo de la historia.

Meses después se acercaban las navidades, y no recuerdo que pedí aquel año, lo que si recuerdo es que en casa de mi tía los Reyes Magos me iban a dejar un Master del Universo y yo tenía que decidir cual pedir. La cosa estaba entre He-Man y Skeletor… y bueno, ya saben, me gustan los monstruos, He-Man iba a tener que esperar un poco más… pero no. Y es que, si bien en casa de mi tía me dejaron a Skeletor, a He-Man me lo dejaron en casa de mi primo. En realidad, allí me iban a dejar un rifle de mixtos, pero acabaron dejándome también a He-Man. Mi primo en aquella época llevaba el tema de las basuras de un hipermercado que solía tirar cosas que la gente no compraba por pequeños defectos, a veces incluso solo en el embalaje. Estuvo bien, tenía al bueno y al malo, podían luchar por las dos mitades de la espada para ensamblar la que habría paso a Grayskull… aunque no tenía el castillo. Creo que siempre tuve claro que lo más probable es que nunca lo tendría. Era caro. No había tenido el barco pirata de Playmobil y esto no iba a ser una excepción. Pero eso, estuvo bien, tuve tres Masters del Universo en poco tiempo… ejem... mientras un amigo de mi calle que tenía una tía soltera acabó teniendo por lo menos toda la primera tanda. Ese Stratos, ese Beast-Man o ese Battle Cat que me habrían encantado tener.

Point Dread & Talon Fighter que en España se llamó Garra Voladora y Torre de Vigilancia.

Creo que fueron los Reyes del año siguiente cuando pedí la Garra Voladora y Torre de Vigilancia (Point Dread & Talon Fighter). Era una nave con forma de halcón, con una base, la Torre de Vigilancia, que se dividía en dos partes de manera que la parte superior se podía encajar en la torre del… del castillo que nunca iba a tener. En realidad, me pregunto hoy día si había una diferencia muy grande de precio entre la Garra Voladora y el Castillo de Grayskull.  Pero debo confesar que, aunque me encantaba el aspecto exterior del castillo, el aspecto interior no acababa de convencerme, quizás por ello tampoco insistí especialmente. Esos mismos Reyes un primo que vivía en casa de mi abuela me dijo que allí me iban a dejar otro vehículo, el que creo que también pidió para sí mismo, el Carro de Asalto (Battle Ram). Recuerdo que fui a casa de mi abuela, me preguntó ella qué iba a pedir por Reyes, le dije que una nave de los Masters del Universo (pensando en la Garra) y ella me preguntó algo así como si sabía dónde los Reyes me iban a dejar la nave… ella pensando en la otra claro, y yo pensando “se supone que no debo saber que aquí me van a dejar esta otra… ¿o sí?”. Fue muy engorroso, pero es divertido recordarlo ahora con el tiempo. En fin, que aquel año mis tres Masters pudieron enfrentarse los unos con los otros con la Garra Voladora y el Carro de Asalto. Que además molaba mucho porque se separaba en dos partes, una era una especie de cañón antiaéreo y la otra una especie de moto voladora con la cabeza de un dragón o algo así delante. Es una de las cosas estupendas que tenían los Masters del Universo, que, aunque había tecnología en ese mundo de fantasía, solía tener un aspecto muy místico.

El Carro de Asalto. Como me gustaría haber conservado todas estas cosas.

A partir de aquí me es más bien difícil precisar en qué momento llegó cada nueva adquisición. Un cumpleaños o santo me regalaron a Trap Jaw. No sé si fue antes de los Reyes de la Garra Voladora. No recuerdo si llegué a decir que quería un Master del Universo. Probablemente no, porque si lo hubiera hecho habría pedido Beast Man o Stratos. Aunque me da la sensación de que en cuanto salía una nueva hornada de figuras la anterior tendía a desaparecer de las tiendas con lo cual es posible que me viera abrumado por tantas figuras nuevas y haber perdido la posibilidad de tener las que me gustaron primero que simplemente no especifiqué. Volviendo a Trap Jaw, la cosa es que, además, no recuerdo haber jugado a cambiarle los brazos con lo cual o se me perdieron muy pronto o incluso es posible que viniera defectuoso y no los trajera.

En aquella época iba a jugar a casa de un compañero del colegio y tenía cosas chulas como el castillo o Battle Cat o Panthor, la pantera que sacaron como contrapartida para que sirviera de montura a Skeletor. Por cierto, cuando salió Panthor me gustaba más que Battle Cat aunque por un lado no tenía aquella máscara tan chula y por otro el que estuviera recubierto de aquellos pelitos me hacía pensar que probablemente se iba estropear fácilmente. Supongo que de haber pedido uno de los dos, al final me habría decantado por Battle Cat.

Otros dos que tuve. Que casualidad haber encontrado una foto con los dos juntos.

Esto de pensar en las posibilidades de que la figura se estropeara también me pasó cuando tuve la posibilidad de elegir entre Grizzlor y Roboto. Así que al final me decanté por Roboto, pero creo que en aquellos momentos ya estaba un poco desencantado con las figuras, por esto de que iban cambiando y ya no eran como las primeras. Además, Grizzlor era chulo, retomaba el concepto de Beast Man, pero aquel cuerpo peludo no me recordaba al de un Master. Y si, también estaba Moss Man, pero ni quería un muñeco que oliera a algo, ni, por mucho que fueran los mismos moldes, era Beast Man. ¡Lo que puede hacer un cambio de color!


Y mi último Master del Universo fue Modulok, un monstruo que era como dos juntos, tenía cuatro brazos, seis piernas, dos cabezas… y podías montarlo como quisieras. Estaba chulo, quizás eché de menos que tuviera más piezas.

Otra cosa que recuerdo de la época es que los pastelitos de Cropán trajeron muñequitos tipo Dunkin de Masters del Universo. Ahí si podías tener un montón de ellos en miniatura, aunque claro, no era lo mismo, pero resultaba divertido jugar con ellos. Siempre me gustaron los muñequitos de este tipo, de cualquier serie de dibujos, por eso, porque podías tener gran cantidad.

Por cierto, paradójicamente, aquella época en la que jugaba con los Masters del Universo, no conocí los dibujos animados. En casa no teníamos video ni había un canal autonómico que los pusiera así que mi referencia sobre el mundo de Masters del Universo fueron los pocos mini-comics que me llegaron con las figuras.

He-Man, Teela y Duncan (Man at Arms) en la película.

Sobre la película… bueno, está ahí, pero no soy un gran fan de ella y quizás en parte sea “culpa” de la película que vi justamente después. Quería ir al cine a ver la película y se dio el caso de que la pusieron en un programa doble con otra película que un primo mío, mayor que yo, quería ver. Así que fuimos juntos. Lo que no me gustó mucho de la película fue que los personajes se parecían poco a las figuras. A día de hoy sigo pensando que las adaptaciones deberían intentar parecerse a aquello que adaptan. Si, Dolph Lungren parecía He-Man, un poco, aunque también podría haber sido un bárbaro cualquiera. Evil Lynn y Skeletor se parecían algo también, un poco. En el caso de Man At Arms y Teela no se parecían en nada. ¿Y dónde estaban Mer-Man o Battle Cat? De hecho… ¿dónde estaba Eternia? La mayor parte de la película transcurre en la Tierra. Skeletor tiene un montón de ¿Storm Troopers?, hay un enano con orejas puntiagudas que no se sabe muy bien quién es. ¡Y tardé años en confirmar que Beast Man estaba en la película por lo poco que se parecía! Fue un tanto decepcionante. Aun así, podría haber tenido un mejor recuerdo quizás si no fuera, como digo, por la segunda película de aquella sesión doble: La Princesa Prometida (1987). Si la habéis visto, si la conocéis, ya sabéis la gran película que es. Eclipsó completamente a Masters del Universo. Por cierto, casualidades de la vida, el niño interpretado por Fred Savage en esa película tiene algunos Masters en su habitación.

En la habitación de Fred Savage podemos ver a Battle Cat, He-Man, Grizzor, Leech y Spikor. 

Volviendo a los juguetes, pasado un tiempo, creo que ya había dejado de jugar con juguetes, sacaron unos nuevos “He-Man”, tamaño Gi Joe, que definitivamente no eran lo mismo. Mucho más tarde, a principios de los 2000 sacaron una nueva serie de dibujos animados, con unas nuevas figuras, parecidas a las originales, pero tampoco para muchos de nosotros eran lo mismo y al parecer no cuajó en las nuevas generaciones que tenían mucho más donde elegir.

Finalmente, hace unos años descubrí una nueva serie de figuras llamada MOTU Classics. Son figuras más proporcionadas, con más articulaciones, y con los detalles más trabajados, pero basadas en los diseños originales con lo cual son perfectamente reconocibles. Me encanta eso, como respetan los patrones de color por un lado pero por otro pulen los acabados que en las originales quizás estaban un poco descuidados. Son geniales. Eso sí, algo caras, así que aunque me encantaría tener algunas por ahora se escapa de mi presupuesto.

El He-Man de MOTU Classics junto a la figura original.

En fin, un ligero repaso a lo que en mi infancia fueron los Masters del Universo, un juguete que llegó a España hace ya 35 años y que cuando nos ponemos a recordar parece que fue ayer.

* Están preparando un libro que tiene pinta de que va a ser genial ya solo viendo la cantidad de fuentes con las que están contando. Y centrado en lo que fue el fenómeno aquí, en España.
** Tuve un Maldeman, un astronauta de traje amarillo, pero realmente el que quería fue uno que sacaron de Superman, y que ahora entiendo, que por la época en la que debí pedir el mio ya debía estar más que descatalogado.

viernes, 1 de marzo de 2019

Superman: el viaje en el tiempo



Ya hace tiempo escribí un artículo sobre algo referente a la saga del Superman de Reeve que me dejaba perplejo, algo que descubrí a raíz de la polémica muerte de Zod en Man of Steel (2013), y que era cómo muchos fans, empezando por gente de mi generación que se había criado con el Superman de Reeve, daba por sentado que, en la segunda película, Superman mataba, o despreocupadamente dejaba morir, a los villanos kryptonianos (al final del artículo teneis el enlace). Si bien descubrir que tanta gente pensaba esto me cogió por sorpresa, lo curioso es que no era el primer malentendido que me encontraba en la saga Superman de Reeve. Había otro, referente a la famosa escena de la primera película en la que vemos como Superman viaja atrás en el tiempo para evitar que Lois muera. Es una escena que siempre ha sido malinterpretada.

Realmente no puedo recordar cuanto hace que leo u oigo críticas hacia esa escena. Recuerdo haberselo leido incluso a alguien que había escrito un libro sobre la física de los superhéroes*. Y la cosa es que esta semana he vuelto a oírlo a alguien que es un gran fan de Superman así que al final me he decidido a escribir esta entrada sobre el tema.

Pero antes de nada he de aclarar algo y es que entre mis subgéneros favoritos dentro de la ciencia ficción, uno ellos es el de los viajes en el tiempo y todo esto de viajar al pasado para cambiar algo me suele parecer una chapuza**. Porque en general, en muchas películas de viajes en el tiempo se comete el mismo error, y es obviar lo que se conoce como paradoja abierta o paradoja del abuelo: si vas al pasado y matas tu abuelo no nacerás y por tanto no podrás matar a tu abuelo. Aplicado a Superman The Movie (1978): si Superman viaja al pasado para salvar a Lois y lo consigue no tendrá ninguna razón para volver al pasado y salvarla… La única manera de trabajar correctamente con los viajes al pasado es hacerlo con paradojas cerradas con lo cual no es posible cambiar nada o hacerlo con líneas temporales paralelas… lo cual es un tema complicado que mejor dejaremos para otra ocasión. Dicho todo esto, aceptando que la película es así, que Superman salva a Lois viajando al pasado, vamos a explicar qué es lo que realmente se nos esta mostrando en pantalla y que tanta gente malinterpreta.

Superman viaja atrás en el tiempo volando a gran velocidad.
 
Recordemos: Lex Luthor hace que una serie de misiles sean lanzados en dirección a la falla de San Andrés, haciendo que afecte a las placas tectónicas y haya terremotos en la zona. Superman evita el desastre en la medida que puede, pero no consigue llegar a tiempo para salvar a Lois que queda sepultada por un alud y muere. Así que decide cambiar la historia, viajar atrás en el tiempo para salvarla. Y aquí viene la escena polémica, aquella donde se nos muestra como hace Superman para viajar en el tiempo: Superman vuela a gran velocidad dando vueltas alrededor de la Tierra. Vemos cómo el movimiento de rotación de la Tierra se hace cada vez más lento hasta que llega un momento en el que empieza a hacerlo en el sentido contrario. Y entonces vemos marcha atrás las escenas previas, aquellas en las habíamos sido testigos de los devastadores efectos del plan de Luthor, los temblores de tierra y como Lois quedaba sepultada y moría. Entonces Superman vuelve a la Tierra y salva a Lois antes de que le pase nada.

Y el malentendido viene con esta interpretación que muchos hacen de esa escena: Superman está haciendo que la Tierra gire al revés y con ello hace que el tiempo vaya hacia atrás. Falso. Visto de esa forma, efectivamente lo que vemos es un disparate que no está a la altura de la gran película que es. No solo por lo absurdo de la idea de que hacer que la Tierra se mueva al revés sirva para hacer que el tiempo vaya hacia atrás sino también, como algunos apuntan, al cataclismo que provocaría detener el movimiento del planeta y hacer que gire en dirección contraria. Solo que… no es eso lo que estamos viendo. No es lo que está pasando.

Según la física el viaje en el tiempo es posible y uno de los factores clave sería precisamente la velocidad***, y cuanto más nos acercáramos a la velocidad de la luz mejor. Es el límite porque la materia no puede viajar a mayor velocidad que esa. Y eso es justo lo que vemos en esa escena: cómo Superman, para viajar en el tiempo, vuela a gran velocidad, cada vez más deprisa. Podían haber puesto a Superman viajando al otro extremo de la galaxia y volviendo, pero habría sido confuso verlo irse de la Tierra y que al volver estuviera en el pasado.  La Tierra está en esa escena principalmente por una razón y es para que el espectador, que está viajando en el tiempo con Superman, entienda qué está pasando: efectivamente, si pudiéramos viajar en el tiempo a la vez que Superman pero sin movernos de ese punto del espacio desde el que vemos la escena lo que veríamos sería a la Tierra hacer su movimiento de rotación en sentido contrario. No estamos viendo a Superman mover la Tierra, estamos viendo cómo el tiempo va hacia atrás (y a Superman viajando atrás en el tiempo).

Aprovechando la masa gravitacional para viajar en el tiempo en Star Trek IV Misión Salvar la Tierra.

Otra razón científica para meter a la Tierra en la escena podría ser el que Superman aprovechara la masa gravitatoria del planeta para poder modificar el factor tiempo. Que es lo que ocurre en Star Trek IV: Misión Salvar la Tierra (1986) cuando los protagonistas viajan hasta el siglo XX ayudándose de la masa gravitatoria del sol****. Podríamos haber visto a Superman hacer lo mismo alrededor del sol, pero habría sido exactamente lo mismo que mandarlo a la otra punta de la galaxia: el espectador no habría entendido qué ha hecho para viajar en el tiempo. Y un apunte final: el desplazamiento de rotación de la Tierra podría servirle a Superman como referencia visual para saber cuanto tiempo está retrocediendo exactamente.

Lo paradójico es que a pesar de que a modo ilustrativo la forma en que se nos muestra la escena es correcta, para muchos espectadores aun así resulta confusa y a estas alturas aún no han entendido como funciona. No sé, ¿deberían haber puesto un reloj en una esquina a lo Erase una vez el Hombre?

Así que, en definitiva, aunque lo de viajar al pasado en esta película es una chapuza como solución argumental, la manera en que está mostrado es perfectamente correcta.

Hace algún tiempo descubrí un documental sobre viajes en el tiempo donde incluso se mencionaba esta escena de Superman así que os dejo el enlace.


Y aquí tenéis el enlace al artículo que escribí sobre el destino de los villanos kryptonianos en Superman II:

Superman II: El Destino del General Zod, Ursa y Non

* No me refiero a James Kakalios, sino a otro autor, español, cuyo nombre no recuerdo.
** Si quereis ver buenos tratamientos sobre viajes al pasado os recomiendo 12 Monos (1995) El Final de la Cuenta Atrás (1980), El Experimento Filadelfia (1984), Terminator (1984) o la primera temporada de la serie alemana Dark (2017)
*** Aunque realmente serviría para viajar al futuro, no para viajar al pasado.
**** Al igual que con lo de viajar a una gran velocidad, en principio, solo serviría para viajar al futuro... ¡pero es Ciencia Ficción! Démosle margen...


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