martes, 7 de abril de 2015

El Síndrome de Lester-Schumacher (I)

O lo que es lo mismo, el menosprecio generalizado que sufren ciertos directores por osar sustituir al director original en una saga cinematográfica de superhéroes aunque, en mi opinión, no siempre de manera totalmente justificada. Y de eso precisamente va este artículo, un pequeño análisis  con la idea de ver hasta qué punto puede ser subjetivo centrándonos en los dos directores a los que hago alusión en el encabezado.

Ilya Salkind, Richard Lester y Pierre Spengler.

El primer caso es el del director Richard Lester, por haber sustituido a Richard Donner durante el rodaje de Superman II (1980). Bueno, en realidad Superman (1978) y Superman II se rodaron simultáneamente con la idea de abaratar costes, algo que los productores, Alexander e Illya Salkind, ya habían hecho unos años antes con Los Tres Mosqueteros (1973). La cosa es que durante el rodaje empezó a haber problemas entre el director Richard Donner y los productores debido a lo que estaba costando la producción. Los Salkind habían tenido que ceder derechos sobre la distribución a Warner Bros a cambio de más presupuesto y se estaban poniendo nerviosos. Finalmente decidieron contratar al director Richard Lester como intermediario entre ellos y Donner. A su vez también era una medida de presión sobre Donner quien podía ver peligrar su puesto al tener los Salkind contratado a un director que, eventualmente, podría reemplazarlo.

Cuando llegó el momento de continuar el rodaje de Superman II, tras el estreno y éxito de la primera, Donner no se incorporó a ella. La versión de Donner es que los productores le enviaron una nota en la que le decían que ya no eran necesarios sus servicios a pesar de que ya le habían pagado por el trabajo y que él quería continuar haciendo Superman. La versión de Pierre Spengler, productor junto a los Salkind, es que Donner dijo que si Spengler seguía en la película él no lo haría. En realidad es difícil saber qué ocurrió más allá del hecho de que existieron enfrentamientos entre ambas partes y no sería justo hacer una valoración de lo que debió ser una situación complicada basándonos únicamente en nuestras simpatías personales. Lo que sí sabemos es que Lester sustituyó a Donner y que probablemente solo una persona podía aparecer acreditada como director y que a esta debía pertenecer un determinado tanto por ciento de la película por lo que Lester volvió a rodar la mayor parte de las escenas que ya había rodado Donner. La excepción fueron la mayor parte de las escenas en las que aparecía Gene Hackman, que rehusó por solidaridad con Donner. Otra integrante del reparto que manifestó abierta y reiteradamente su descontento con la situación fue Margot Kidder.

Pierre Spengler, Marlon Brando y Richard Donner. Poco se puede presagiar por esta foto
el desenlace que tendría la relación entre el productor y el director.

Es comprensible el descontento general del equipo, especialmente para los miembros del reparto, ya que la mayor parte del proyecto se había gestado bajo la supervisión de Donner. No solo eso, Richard Donner, aparte de buen director, es un hombre afable y cercano que hacía que hubiera muy buen ambiente durante el rodaje y que todo el mundo se sintiera como en familia. Su sustitución por Lester debió ser una situación, cuando menos, incómoda para la mayor parte del equipo.

El público en general no estuvimos al tanto de todos estos entresijos hasta que no llegó la era de internet y cuando todo esto salió a la luz despertó cierta animadversión hacia la figura de Richard Lester aún cuando paradójicamente para mucha gente, y hasta poco antes, Superman II había sido mejor que la primera. Por si fuera poco, Lester también dirigió Superman III (1983), película con algún que otro terrible desacierto que hace que definitivamente muchos le responsabilicen de haber truncado la saga cinematográfica protagonizada por Reeve.

Por si fuera poco, en 2006 se realizó una reconstrucción de la versión de Donner de Superman II. Todo el material que el director había filmado seguía existiendo y fue restaurado para la ocasión, en lo que constituye un evento único en la historia del cine, ya que tenemos dos películas diferentes que cuentan lo mismo, con los mismos actores, en la misma época pero con una dirección y fotografía diferente. Ni que decir tiene que los detractores de Lester prefieren esa otra versión.

Christopher Reeve y Margot Kidder en Superman II de Donner
Lois confirma sus sospechas de que Clark es Superman pintando un traje en una foto del héroe.

Finalmente, también en 2006, se estrena Superman Returns, dirigida por Bryan Singer y protagonizada por Brandon Routh, y es una continuación de Superman II, ignorando los acontecimientos de Superman III y Superman IV (1987).
 
Bien , llegados a este punto he de decir que, en mi opinión, no está justificado todo este menosprecio hacia Lester. Por supuesto habría sido estupendo que Donner hubiera podido terminar Superman II y que hubiera continuado haciendo películas de Superman ya que, al menos para mí, algunos de los mejores momentos, cinematográficamente hablando, están en la primera película, en partes como la de Smallville, o la escena de la caída del helicóptero, pero simplemente no pudo ser y la culpa no fue de Lester, el cual, por otro lado, también nos da algunas escenas estupendas de su propia cosecha.

Como ya comenté en algún artículo anterior, por mucho que atribuyamos las películas a sus directores, la realidad es que estas pertenecen a los productores y a los estudios y en muchas ocasiones el director es alguien a quien se contrata "por obra y servicio". Y en este caso simplemente hubo un desencuentro entre el director, Donner, y sus jefes, los Salkind y Spengler con lo cual deciden contratar a otro. Richard Lester aparece en escena porque es alguien con quien ya han trabajado antes, en las ya citadas dos partes de Los Tres Mosqueteros*, las cuales probablemente sean de las mejores versiones de la historia de Dumas junto a la versión protagonizada por Gene Kelly en 1948. Es un director que tiene una filmografía interesante, con títulos como Robin y Marian (1976), y muchos críticos no dudan en calificarlo como un gran director aunque para el público en general sea menos popular que Donner.

Audrey Hepburn y Sean Connery
Sean Connery y Audrey Hepburn en la desmitificadora Robin y Marian.

Personalmente creo que el Superman II de Lester es - siempre ha sido - una secuela digna. Cuando aún no teníamos claro hasta qué punto la película era de un director u otro ya se criticaban ciertos detalles por el mero hecho de que se sabían que eran aportaciones de Lester. Finalmente cuando vio la luz la versión de 2006 basada en el metraje rodado por Donner ya tenemos claro que la mayor parte de la película que vimos en el cine era metraje de Lester. Por supuesto es innegable que es deudora del trabajo de Donner, por el mero hecho de partir del mismo guión, mismos escenarios y mismos actores pero también es verdad que Lester da su propio enfoque.

La verdad es que la comparación con la versión de 2006 no me parece del todo justa. Empezando por el mero hecho de que, aún tratándose de su material, no es la película que habríamos visto si Donner hubiera podido estrenarla en su día. Por ejemplo, en esta nueva versión volvemos a tener a Marlon Brando pero si en la versión de Lester fue sustituido por Susanah York fue porque Brando había conseguido que los tribunales le reconocieran beneficios sobre la taquilla y ese era un precio que los Salkind no estaban dispuestos a pagar: si Donner hubiera podido acabar la segunda parte tampoco habría podido meter las escenas de Brando.

En cualquier caso, por mucho que Superman sea una de mis películas favoritas, y Richard Donner un gran director, no dejo de reconocer que no es ni de lejos una película perfecta. Ya en ella hay ciertas cosas que fallan tanto en cuestión de enfoque como de coherencia argumental y no podemos castigar a Lester por caer, por inercia, en los mismos errores. De hecho, en honor a la verdad, hay cosas que están mejor hechas en la versión de Lester. 

Marlon Brando en una escena de Superman II de Donner
Donner, al igual que Lester, tampoco habría podido contar con Marlon Brando.

Por ejemplo, en la versión de Lester tenemos una escena en la que Lois se tira al rio en las cataratas del Niágara, esperando que Clark se cambie a Superman y la salve. En lugar de ello, Clark corre junto al margen del rio mientras que a hurtadillas, con la visión calorífica, hace que se desprenda una rama para que Lois pueda agarrarse a ella. En la versión original de Donner tenemos una escena similar en la cual a Lois no se le ocurre otra cosa que saltar por la ventana de las oficinas del Daily Planet. En este caso Clark baja a supervelocidad y frena la caída de Lois a base de soplidos. Lo siento, me quedo con la escena de Lester, la otra me parece demasiado absurda.

Otra escena que cambia viene a continuación y es donde Lois consigue confirmar que estaba en lo cierto sobre la doble identidad de Superman. Por supuesto quien sale perdiendo cuando ambas versiones son objeto de comparación es nuevamente Lester y su escena del oso rosa. En su versión Clark tropieza con la cabeza de una piel de oso que adorna la habitación del hotel y cae metiendo la mano en el fuego de la chimenea. Lois acude a auxiliarlo y ve confirmadas sus sospechas cuando comprueba que efectivamente la mano de Clark no ha sufrido quemaduras. ¿Cómo es posible que Superman caiga al tropezar? La explicación es simple, en su interpretación de Clark  su subconsciente le traiciona porque desea decirle la verdad a Lois.

La versión de Donner, que también nos sitúa en la habitación del hotel, nos muestra a Lois decidida a demostrar que Clark y Superman son la misma persona así que apunta a Clark con una pistola... y dispara. Superman, una vez descubierto, le dice que, si se hubiera equivocado, habría matado a Clark, y ella le responde que habría sido imposible con balas de fogueo.

Margot Kidder en Superman II de Donner
La escena en la que Lois dispara a Clark en la versión Donner.

Tal como yo lo veo la escena de Donner es mucho más simpática pero la de Lester es mucho más coherente. Alguien con el oído de Superman debería haber notado la diferencia entre el disparo de una bala real y el de una bala de fogueo. No me refiero siquiera a la diferencia en el sonido de la detonación, que probablemente habrá alguna, sino en el sonido de la bala al despegarse del casquillo y el que tendría al deslizarse por el cañón. Pero es que además Superman habría visto venir el proyectil. Y además está el impacto del mismo: puede que a Superman no pueda herirle una bala, no pueda provocarle dolor, pero sí debería notar de alguna manera el impacto contra él ¡sería un infierno vivir sin sentido del tacto! Así que efectivamente, por todo esto, Superman debería haber notado inmediatamente la ausencia de proyectil. De hecho en la primera película salva a Lois de un disparo a quemarropa no interponiéndose en la trayectoria de la bala sino cazándola con la mano.

Otro detalle es algo que yo nunca había acabado de entender y era el por qué Clark, para estar con Lois, tenía que dejar de ser Superman. En los comics y en series de televisión como Lois & Clark (1993) nunca había ningún problema con eso pero por lo visto la película lo enfocaba desde el punto de vista sexual. No me convence mucho pero vale. Así que lo que vemos en la versión de Lester es que Superman habla con Lara, su madre, porque quiere ser humano para poder estar con Lois. Lara le pide a su hijo que lo piense bien pero acepta la decisión de su hijo y una vez que Clark pierde su naturaleza kryptoniana se acuesta con Lois.

Christopher Reeve y Margot Kidder en Superman II de Lester
Lois Lane, intrepida - e imprudente - reportera salvada una vez más por Superman.

La versión de Donner gana muchos enteros con respecto a la de Lester, tiene muy buen guión y tiene a Marlon Brando, con el cual igualmente no habría podido contar Donner de haber podido terminar la película. Pero tiene un error fatal: Clark se acuesta con Lois y luego es cuando decide renunciar a ser Superman... con lo que tiene menos sentido que nunca la obligación.

Además, mientras la versión de Donner mantenía la premisa inicial de que era uno de los misiles de la primera parte lo que liberaba a los criminales de la Zona Fantasma en la versión de Lester tenemos toda la parte de los terroristas en París. Dicha parte nos da más Superman por el mismo precio y no solo eso, es realmente la única escena de la saga en la que podemos apreciar la intrépida reportera que se supone que es Lois Lane. Tambien ayuda a cimentar la idea de que hay algo entre Lois y Superman, cosa de la cual más adelante se aprovecha Luthor.
 
Algo en la misma línea ocurre en la parte final de la película con el enfrentamiento con los criminales en la Fortaleza de la Soledad. A pesar de la inefable escena de la S de plástico que Superman lanza sobre Non, no puedo sino agradecer que la escena no se limite a lo que vemos en la versión de Donner. Entiendo que la Fortaleza debe ser algo más que un montón de paredes blancas inclinadas y es lógico pensar que Superman use tecnología kryptoniana en ella.

En definitiva, en mi opinión el Superman II de Lester no es una mala película en absoluto y no puedo estar de acuerdo con el menosprecio hacia el director. Lamentablemente a Lester no se le juzga solo por Superman II sino también por haber dirigido la tercera película de la saga, la cual, en mi opinión, igualmente no es tan mala.

Christopher Reeve en Superman III
Superman III, también de Lester, y con el hándicap de ser una tercera parte.

Richard Lester dirige la tercera parte en 1983. Esta vez es el único responsable de la película con lo cual podemos evaluar, sin sombra de duda, sus meritos en la saga. Los Salkind se sienten cómodos trabajando con Lester, saben que no es solamente un director eficaz sino un buen director y va a darles una buena película sin entrar en conflicto con ellos.

Ahora permítanme un inciso: eso de que segundas partes nunca fueron buenas no es objetivamente cierto porque de hecho lo que realmente expresa dicha frase es que segundas partes nunca fueron mejores que las películas originales. Y se confirma cuando no tardan en surgir como excepciones películas como El Imperio Contraataca (1980) o El Padrino II (1974)**. El público no se conforma con que una segunda parte sea buena, quiere que sea mejor que la original. Hay muchas segundas partes que, no siendo malas películas, simplemente no están a la altura del original. Y es que hay que tener en cuenta que algo que inexorablemente pierde una segunda parte es frescura. Más aún en el caso de una tercera parte. Y eso le pasa, como a muchas otras, a Superman III.

Superman III ya no es solo una película de los Salkind sino de Warner Bros. y su principal hándicap se debe precisamente a que el estudio no tiene claro que, a esas alturas de la saga, el personaje aún tenga tirón suficiente por sí solo. Es un temor justificado ya que la taquilla suele reflejar que el concepto deje de ser innovador. Y este hándicap tiene nombre y apellido: Richard Pryor.

La desafortunada inclusión de Richard Pryor lastra peligrosamente la película.

Alguien de Warner Bros. oyó a Richard Pryor decir en una entrevista que le gustaría aparecer en una película de Superman y decidió que quizás podía ser un aliciente a esta tercera parte. Y en realidad, y por desgracia, tiene sentido que pensaran eso ya que el humor estaba desde el principio en la saga. Es una de las pegas que podemos encontrarle ya a la original de Donner y que probablemente se deba a los guionistas Leslie y David Newman y Robert Benton, no en vano los dos últimos son responsables del musical de 1975 It's a Bird... It's a Plane... It's Superman!***. El personaje de Pryor no era otra cosa que el sucesor natural del Otis interpretado por Ned Beatty pero claro, era otro tipo de actor.

La idea original para Superman III implicaba a Brainiac, Mr. Mxyzptlk y Supergirl pero Warner Bros. puso muchas pegas y el resultado es el Superman III que tenemos, con un Robert Vaughn interpretando a un sucedáneo del Lex Luthor de Gene Hackman. Sin embargo, y a pesar de todo, Richard Lester hace una buena película con muy buenos momentos. Tras haberse ido al garete la posible relación de Superman con Lois Lane, y haber dejado de lado la trama de Supergirl, la chica de la película es una Lana Lang interpretada por una bellísima Annette O'Toole. Toda esa parte, la de Smallville, especialmente la escena en la que Lana y Clark recogen después de la fiesta, es genial. Le da más trasfondo al personaje en una faceta que había quedado abandonada tras la primera mitad de la película original. Por otro lado tenemos la parte de la kryptonita artificial y el memorable enfrentamiento entre el Clark y el Superman malo. No es una película redonda pero desde luego no es una mala película.

Christopher Reeve y Annette O'Toole
Lana Lang (Annette O'Toole) y Clark (Christopher Reeve) se reencuentran.

Pensar que si Richard Donner hubiera podido continuar la saga habría hecho un mejor Superman III que el realizado por Lester es aventurarse mucho. Es como pensar que si Sam Raimi hubiera dirigido Spider-Man 3 hubiera sido una película mej... espera... un momento... ¡Sam Raimi dirigió Spider-Man 3! El mismo problema: productores. En fin, al Cesar lo que es del Cesar... una lástima que Donner no pudiera continuar dirigiendo la saga Superman pero reconozcámoslo, Lester no hizo un mal trabajo en absoluto. Al menos esa es mi opinión.

Nota:
Enlace al artículo dedicado a Joel Schumacher (concretamente a Batman Forever): El Síndrome de Lester-Schumacher (II)

* Los Tres Mosqueteros: Los Diamantes de la Reina  (1973) y Los Cuatro Mosqueteros: La Venganza de Milady (1974)
** Personalmente prefiero la primera parte.
*** Cuando uno ve en youtube algo de este musical se pregunta por qué recurrieron a ellos.

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