Ya en el artículo sobre Masters
del Universo comenté que uno de los anuncios de juguetes que más me había
impactado cuando era niño fue el de HeroQuest, un juego de mesa editado por MB
en colaboración con la empresa de miniaturas Games Workshop. El juego estaba
inspirado en los juegos de rol y por tanto creo que es necesario, por si
alguien no lo sabe, explicar qué son: los juegos de rol son juegos donde uno de
los jugadores, al que se suele llamar “el master”, se encarga de dirigir una
aventura a base de narrar lo que va aconteciendo a una serie de personajes, cada
uno con unas características predefinidas, que son interpretados por el resto
de los jugadores. Estos deciden en todo momento qué harán sus personajes ante
las situaciones que se van sucediendo y se determina el éxito de sus acciones a base de tiradas de dados según las reglas del juego en cuestión. Así
pues, en general, lo que hace falta para jugar a un juego de rol, son los
manuales de reglas de ese determinado juego, dados y papel y lápiz para hacer
anotaciones puntuales. Y poco más. Todo transcurre en la imaginación de los
jugadores. El primer juego de rol y el más conocido es Dungeons & Dragons
(Dragones y Mazmorras).
Los Héroes de HeroQuest: el Enano, el Elfo, el Mago y el Bárbaro. |
Y es en los juegos de rol como
Dungeons & Dragons, que transcurren en mundos de fantasía de espada y
brujería, en los que se inspiraba HeroQuest. Pero HeroQuest no era un juego de
rol, era un juego de mesa que tomaba elementos de los juegos de rol. Y de esta
manera, efectivamente, entre los componentes del juego teníamos, aparte de los dados,
un tablero, cartas, etc. Componentes típicos de los juegos de mesa de aquella época. Pero había algo
más: un montón de figuritas.
La Gárgola, el Brujo del Caos y uno de los cuatro Guerreros del Caos |
En ese aspecto, en cierto modo,
HeroQuest tenía algo de juguete, de playset de figuras de acción. Los “peones”
que se movían por el tablero no eran los típicos pivotes de colores como en
tantos juegos, o representaciones simbólicas como en el caso de los bustos de
detectives de los juegos de Cefa, sino que eran pequeñas figuras representado a
los héroes y monstruos de los pies a la cabeza. Igualmente, el atípico tablero,
que estaba dividido en secciones a modo de habitaciones, no tenía una configuración
predefinida que estableciera por donde tendrían que ir los personajes, sino que
para cada aventura de las que venían en un librito, se establecía en el mismo
donde estaban las puertas, el mobiliario, trampas, puertas secretas, tesoros, etc. De esta manera el escenario de
juego siempre era diferente. Y esa fue la magia de HeroQuest, que todo eso que
pasaba en la imaginación en los juegos de rol, lo tenías físicamente delante,
las mazmorras, los héroes y monstruos “moviéndose” por los pasillos, etc.
Parte trasera de la caja (es de la edición alemana pero la española era igual) |
Mis principales referentes en cuanto al género de espada y brujería hasta aquel momento habían sido principalmente la película El Señor de las Bestias (1982), los juguetes de Masters del Universo, los dibujos animados de Dragones y Mazmorras (1983) y, especialmente, los libros de Dungeons & Dragons tipo Elige tu Propia Aventura de Timun Mas. Ya en aquellos libros había anuncios de una temprana edición del juego de rol de Dungeons & Dragons pero nunca lo vi en ninguna tienda y no fue hasta varios años después que no me acerqué por primera vez a los juegos de rol. Volviendo a HeroQuest, lo que vi en aquel anuncio me encantó. Y me cogió justo en esa edad en la que todo el mundo te daba a entender que ya eras demasiado mayor para jugar con juguetes. Me había desprendido de muchos de ellos si no todos y entonces apareció HeroQuest y yo aquellas navidades preguntándome “¿Cómo digo ahora que lo que quiero por Reyes es un juego que trae más de treinta… “muñequitos”? Estimo que tenía unos 14 o 15 años, y a día de hoy me resulta gracioso pensar en el pudor que sentí por algún tiempo a volver a acercarme a cosas que alguien pudiera etiquetar de infantiles.
El resto de los monstruos: Fimir (3) Esqueleto (2) Orco (8) Zombi (2) Goblin (6) y Momia (2) Son los que se repitieron en las dos primeras expansiones. |
Me lo trajeron los Reyes, incluso fui yo mismo a por él* y como cualquiera que decide confiar
en un producto nuevo pagué las consecuencias: unos años más tarde salió una
edición ligeramente ampliada, aunque por suerte la ampliación no era a mis ojos
excesivamente importante y probablemente aquella edición resultó algo más cara. Me encantó el juego, sus miniaturas, el concepto del tablero, etc. y jugué partidas cuando pude convencer
a alguien para que jugara a aquello, pero la verdad es que no demasiadas, y quizás por ello fue
que no puse especial empeño en aquella época en conseguir las expansiones que sacaron. Y es una pena porque llegaron a estar de saldo en algún hipermercado.
Durante un tiempo me dio por
intentar aprender a pintar miniaturas y algunas de las figuras sufrieron esa
suerte, incluso mutilaciones intentando modificarlas para que no fueran iguales
todas las de un mismo tipo. Finalmente, hace unos años, decidí restaurar el
juego a su estado original, así que compré a través de internet las piezas que
había estropeado. En realidad, alguna no estaba tan estropeada pero ahora tengo
muy claro que particularmente no me gusta pintar miniaturas de juegos, me gusta conservarlas tal
cual. También aproveché para hacerme con las dos primeras expansiones que
salieron, La Torre de Kellar y El Retorno del Lord Brujo, que no resultaron
demasiado caras ya que las figuras que traían eran más de las mismas que
originalmente traía el propio juego así que eran muy fáciles de encontrar. No
pude hacerme, en cambio, con las dos expansiones siguientes, Los Hechiceros de
Morcar y Contra la Horda de Ogros, porque al tener miniaturas nuevas, y por tanto escasas, el precio
se disparaba. ¡Cómo me gustaría echarles mano a esas dos expansiones!
Los ogros de Contra la Horda de Ogros. De la roja había cuatro, las otras eran únicas. |
Desde aquella época he jugado a distintos
juegos de rol, pero a día de hoy sigo prefiriendo el tipo de juego de mesa al
que abrió paso HeroQuest, juegos de mesa con montones de figuritas, de “muñequitos”,
de diversas temáticas, pero con sus figuras. También los prefiero cuando el
tablero tiene una escala acorde a las figuras en vez de tener casillas que
representan en vez de una losa, todo un edificio, por ejemplo. Aunque depende
del juego, de la temática, etc. Por ejemplo, tengo un juego, A Touch of Evil, que es uno de estos
juegos en los que hay casillas que representan localizaciones, sin embargo, el
tablero es una preciosidad, representando un pueblo tipo Sleeppy Hollow (es la inspiración clara) o Salem y cuyas localizaciones representan el típico molino o el puente techado. No habría sido posible un tablero de otra forma. Por cierto, es un juego en el que precisamente eché de menos que,
aunque los héroes tuvieran sus figuritas, los monstruos enemigos no.
Volviendo a Heroquest, hoy día puede pecar de ser un juego simplón. De hecho cuando salió poco después para el mercado americano se hicieron correcciones en las reglas para aumentar un poco su dificultad. Además, la versión española tenía alguna que otra errata. A pesar de todo, para los que lo tuvimos en su momento, no ha perdido un ápice de su encanto. Y hay algunas webs de fans en las que se pueden encontrar modificaciones de reglas, nuevos personajes, etc. En concreto si hay una web destacable para España es heroquest.es. Otra fuente de material muy interesante es yeoldeinn.com, una web donde se recoge información y material escaneado de todas las versiones que salieron de Heroquest por todo el mundo.
Por cierto os dejo enlance al anuncio de TV. Quizás a día de hoy no sea gran cosa pero en aquella época no había ningún juego ni remontamente parecido. Quizás lo mas cercano podían ser juegos del tipo Imperio Cobra, con sus Hombres-Cobra impresos en cartón y con sus peones en forma de bustos de colores.
Volviendo a Heroquest, hoy día puede pecar de ser un juego simplón. De hecho cuando salió poco después para el mercado americano se hicieron correcciones en las reglas para aumentar un poco su dificultad. Además, la versión española tenía alguna que otra errata. A pesar de todo, para los que lo tuvimos en su momento, no ha perdido un ápice de su encanto. Y hay algunas webs de fans en las que se pueden encontrar modificaciones de reglas, nuevos personajes, etc. En concreto si hay una web destacable para España es heroquest.es. Otra fuente de material muy interesante es yeoldeinn.com, una web donde se recoge información y material escaneado de todas las versiones que salieron de Heroquest por todo el mundo.
Por cierto os dejo enlance al anuncio de TV. Quizás a día de hoy no sea gran cosa pero en aquella época no había ningún juego ni remontamente parecido. Quizás lo mas cercano podían ser juegos del tipo Imperio Cobra, con sus Hombres-Cobra impresos en cartón y con sus peones en forma de bustos de colores.
* Y lo mismo eso me salvó de que los Reyes se equivocaran y me trajeran aquella copia pirata llamada Herocult que le trajeron a otros niños... Ya se sabe, los Reyes se lían con estas cosas.
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