domingo, 2 de agosto de 2020

El Síndrome de Lester-Schumacher (II)

Cartel Promocional de Batman Forever

Decíamos ayer… bueno, fue ya hace cinco años cuando escribí el primer artículo (aquí) centrado en la figura de Richard Lester. Como ya comenté en aquella ocasión, el síndrome de Lester-Schumacher es la forma jocosa en la que yo particularmente llamo al menosprecio que tienen que soportar injustamente algunos directores por el mero hecho de haber cogido el testigo al rodar la secuela de una película de superhéroes de éxito realizada por otro director. Me toca ahora defender a Joel Schumacher, fallecido recientemente, el cual sucedió a Tim Burton como realizador en la saga Batman.

Empezaré aclarando desde ya que no voy a intentar una posible defensa de Batman & Robin (1997). Pero siempre he tenido claro que Batman Forever (1995) es harina de otro costal y creo que es necesario mirar el conjunto con perspectiva y, sobre todo, una objetividad que generalmente brilla por su ausencia. Por ejemplo, cuando se suele decir de Schumacher que es quien se cargó la saga Batman iniciada por Burton. Esto en realidad es muy discutible.

Batman (1989) de Tim Burton tuvo un éxito sin precedentes, la batmanía pegó fuerte en todo el mundo. Veías merchandising por todas partes, toda clase de productos con el símbolo del murciélago en el ovoide amarillo. Dio mucho dinero y ni que decir tiene que en Warner estaban encantados. Así que a la hora de sacar una secuela le dieron a Burton bastante libertad, básicamente le dejaron que hiciera lo que quisiera. Y eso fue un problema.

Catwoman y Pingüino en Batman Vuelve
Las versiones freak de Catwoman y el Pingüino de Tim Burton.

A Tim Burton ya no le interesaba Batman, el personaje. Lo que le interesaban eran los posibles villanos, los que acabó eligiendo. Y eso se nota en Batman Vuelve (1992). Y ni siquiera los villanos son los personajes originales del cómic. Sí, Michelle Pfeiffer está genial como Catwoman pero poco tiene que ver con la de los tebeos. Y el Pingüino muchísimo menos. Batman Vuelve no es una película de Batman, es una película de Tim Burton, una película de seres extraños, monstruosos. De hecho, Burton incluso introdujo un monstruo de cosecha propia, un personaje que no existía en los comics, Max Shrek ¿Realmente no había en los tebeos un personaje que usar en su lugar? Batman Vuelve es, en el mejor de los casos, un Elseworld, un tipo de historia alternativa que aparecen en comics editados al margen de lo que son las colecciones vigentes, canónicas. Algo muy distinto de lo que se había hecho en la primera película. Y tuvo consecuencias.

Tras la batmanía de la primera película estaba claro que Warner quería repetir, y que el merchandising, las licencias, eran la parte jugosa del pastel. Y por supuesto, los patrocinadores como MacDonalds o Coca-Cola, no quedaron contentos: los padres salían horrorizados de los cines llevándose a sus hijos a mitad de la película. Por supuesto que la película gustó a mucha gente también. Tim Burton, su estilo oscuro, macabro, estaba de moda entonces… pero ni de lejos tuvo el éxito que Warner esperaba, algo similar al de la primera película. Si hubiera tenido el tono de aquella todos habrían estado contentos, pero no fue así. Warner no estaba contenta.

El Pingüino de Batman Vuelve
El terrorífico Pingüino de Burton echando sangre negra por la boca.

Tim Burton empezó a preparar el terreno para la tercera película. Y en Warner con mucho tacto le preguntaron si no preferiría hacer una película más pequeña. No querían que se fuera a hacer películas con otra productora, no querían ofenderlo, pero tampoco querían dejar en sus manos una nueva película de Batman. Así que finalmente el proyecto fue a las manos de Joel Schumacher. Y Tim Burton estuvo de acuerdo. Y es productor de la película.

Y ahora es necesario hacer hincapié en quien era Joel Shucmacher, o más exactamente en qué había hecho hasta ese momento: St. Elmo Punto de Encuentro (1985), Jóvenes Ocultos (1987), Línea Mortal (1990), Elegir un Amor (1991), Un Día de Furia (1993), El Cliente (1994). Películas que habían funcionado muy bien y que hoy día siguen siendo muy populares. Solo ya por esto – y las películas que hizo después -  es terriblemente injusto que muchos solo le recuerden para las mofas a costa de sus películas de Batman. Pero es que lo es incluso cuando la mofa se hace a costa de Batman Forever.

Schumacher quería adaptar los comics Batman Año Uno de Frank Miller, uno de los títulos más emblemáticos, y que desde luego tienen un tono bastante sobrio. El problema es que precisamente narra el primer año de Batman, es decir, habría sido una precuela y Warner no quería eso, sino una secuela. Con lo cual acabó haciendo el Batman Forever que conocemos. Pero quedan en ella trazas de aquel Año Uno que habría querido hacer y particularmente creo que lo que más perjudica la película para muchos espectadores es lo histriónico de los dos villanos. Hablemos de ello.

Portada de comic Joker homenaje a la película de La Máscara
Portadas homenaje a carteles de películas: la influencia del Joker en La Máscara era obvia.

Jim Carrey llega a Batman Forever tras haber hecho, entre otras, La Máscara (1994). Y es perfectamente lógico ya que una de las influencias obvias del personaje de La Máscara en el cómic es el Joker de los comics de Batman. Y es lo que su Acertijo nos ofrece, una versión jokerizada. Si al verlo en alguna de sus escenas nos paramos a pensar que estamos viendo al Joker tiene todo el sentido del mundo. Si Jack Nicholson no lo hubiera interpretado ya en la primera película, Carrey lo habría podido hacer y quizás habría sido la versión más fiel al cómic que hubiéramos visto, que es el lugar que ocupa la versión de Nicholson.

Tommy Lee Jones llega al papel de Dos Caras por un desafortunado accidente: su hijo era fan de Batman. Conoce al personaje y le entusiasma la idea de que su padre haga el personaje. Y Lee Jones finalmente accede, pero ni le interesa el personaje ni se toma demasiado en serio la película. Desde su punto de vista está haciendo un personaje de dibujos animados del sábado por la mañana. Y eso no va con él. Además, de todos los actores de la película, él era quien realmente tenía status de estrella. Había ganado un Oscar por El Fugitivo (1993). Y, al parecer, el problema que tenía era que cuando Jim Carrey estaba delante de la cámara se sentía eclipsado. Resumiendo, estaba compitiendo con Carrey en el terreno de este porque creía que su personaje debía ser tan histriónico como el suyo. Si algo desentona en la película es Tommy Lee Jones y nunca debió estar en la película. Y la cosa es que ya Billy Dee Williams tenía contrato, ya había interpretado a Harvey Dent en la primera película, e incluso se le tuvo que indemnizar por sustituirlo.

El resto del reparto está correcto cuando menos. Una de las pegas que se le podría encontrar es la elección de Val Kilmer para el personaje principal: Kilmer no tenía el aspecto que uno espera de Bruce Wayne. Y a pesar de ello hace un trabajo más que correcto, tanto como Bruce Wayne como Batman. Realmente no es un Bruce Wayne muy distinto al que Keaton interpretaba en las dos primeras películas.

Jim Carrey y Tommy Lee Jones en Batman Forever
El Acertijo de Jim Carrey y el ridículo Dos Caras de Tommy Lee Jones.

En general Batman Forever es una película más espectacular que las dos anteriores. Tiene más acción y mejores escenas de lucha. La acción, por primera vez, tiene un dinamismo similar al de los comics. Y el tono realmente no es menos sobrio que el de las dos anteriores, pero por supuesto nada que ver con el tono macabro que Burton le dio a Batman Vuelve. Que era de lo que se trataba, de devolver la saga a un status similar al de la primera película. Y particularmente creo que lo logra, me parece una digna secuela de la primera película. Es cierto que tiene más color, especialmente con esos verdes fluorescentes de la máquina de Edward Nygma, o en cosas como el maquillaje de la banda callejera, pero incluso a pesar de ello, en ese maquillaje, o en el diseño de los personajes del circo se nota cierto toque burtoniano. Sin el Batman de Burton previo el circo no habría tenido ese aspecto.

Por otro lado, y es donde encontramos la sombra de Año Uno, la trama tiene como trasfondo la mente torturada de Bruce. Incluso había escenas sobre el momento en el que toma como inspiración la forma del murciélago. Lamentablemente esto último al final acabó quedando fuera por exigencias de Warner en cuanto a la duración de la película, aunque algo de ello se puede ver en los trailers. Hay quienes incluso están pidiendo el Director’s Cut con esas escenas y aunque personalmente no creo que supongan una diferencia abismal, desde luego estaría muy bien poder ver esa versión de la película.

El Batman de Batman Forever
Val Kilmer como Batman en Forever.

Y los trajes son estupendos. El primer traje que usa Batman no deja de ser una evolución de los anteriores: se vuelve a la armadura con forma de torso musculado que tenía en la primera película en vez de la coraza art-decó de la segunda y se hacen más discretos el cinturón y el símbolo del pecho.  Y es la primera vez que vemos un traje de Robin en la saga y no podríamos haber esperado algo mejor. En cuanto al tema de los pezones, simplemente fue una decisión de diseño que a mí particularmente no me gusta pero que entiendo y que creo que ha sido sobredimensionada: son armaduras que reproducen una musculatura humana y les da esa apariencia como de dioses griegos a estos superhéroes, con lo cual entiendo que alguien pensara que no desentonaría. Las armaduras romanas también tenían pezones. Fue una simple decisión de diseño. Puede gustar o no, pero considerarla como ridícula se me antoja que se debe más a la mojigatería propia de los USA que no sé qué fobia tienen con los pezones, que a una apreciación objetiva. Y mucho me temo que se ha globalizado.

No invitaría a nadie a reevaluar Batman Forever simplemente viéndola. Creo que es un ejercicio harto más interesante el de ponerse a ver las dos películas de Burton prestando atención a las coreografías de las peleas, a lo teatral de las interpretaciones en ciertas ocasiones, a lo que hacen los personajes y qué sentido tiene y cuan ridículos son algunos diálogos o situaciones. En seguida nos daremos cuenta de cosas como que, en la primera película, Batman ni siquiera esquiva muchos de los golpes que le dan o que escenas como las de El Pingüino siendo atraído con un pescado da cierta vergüenza ajena. Una vez hecho esto, se puede ver Batman Forever y ver que en realidad las tres películas tienen un nivel similar, y que incluso Batman Vuelve podría ser la peor de las tres. Si nunca hubiera existido los Batman de Burton, si el primer Batman cinematográfico que vimos hubiera sido este Batman Forever, hoy día sería tan mítico como lo es el primero de Burton y la interpretación de Kilmer tan recordada como lo es la de Keaton.

Chris O'donnell como Robin
Chris O'donnell como Robin.

Y es que la cosa es que la película fue un éxito batiendo incluso records de taquilla. Fue una película que en su momento gustó, y que vendió juguetes. Una película muy comiquera que contentó a muchos, por mucho que hoy día se quiera ridiculizar quizás más por recordarla junto a Batman & Robin que por sí sola. Y especialmente si la comparamos con el supuesto realismo de las películas de Nolan. En alguna otra ocasión hablaremos de ese “realismo”.

Como ya dije, no voy a defender Batman & Robin. Joel Schumacher hizo la película que Warner quería que hiciera (Sigue plenamente vigente que en Warner no tienen ni idea de cómo usar los personajes de DC Comics) y lo que querían era una película infantil, algo en tono de comedia. No tenía ningún sentido hacer algo así dentro de la saga excepto el de hacer taquilla y vender juguetes (lo consiguió).

Schumacher tenía en mente un Batman 5, con el tono sobrio que habían tenido las tres primeras, con un villano como el Espantapájaros para el cual, si no recuerdo mal, se consideró a Jeff Goldblum. Y Jack Nicholson volvería al personaje del Joker, probablemente como alucinación. Pero tras Batman & Robin ni a Schumacher le habían quedaron muchas ganas de volver ni en Warner, una vez más, parecían tener muy claro qué querían.

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